domingo, 15 de enero de 2023

LO QUE ES Y LO QUE PARECE EN EL USO DE LA LENGUA


Por: DOMINGO CABA RAMOS

1.      ¿«Loquera» o «locura»?

En su cuarto libro de relatos y crónicas publicados, “Mi mejor historia”, Johan Rosario Rosario,  periodista, narrador y empresario nativo del municipio de Tamboril, utiliza el sustantivo “loquera“ («… hablar de loqueras…») en uno de los relatos que conforman el referido libro. Apropósito de esta palabra, una de sus asiduas lectoras le escribe para en términos correctivos decirle que en lugar de “loquera” debió usar la palabra “locura”, por cuanto la primera, “loquera” es la mujer que cuida a los locos. El escritor, al respecto, solicita mi parecer, y la que sigue fue mi respuesta:

«Cuando se analiza el valor semántico o significado de una palabra, no se puede perder el vista el contexto lingüístico o situacional en que dicha palabra aparece empleada. En tal virtud, vale destacar que “loquera“, según el Diccionario de la lengua española (DRAE), no solo significa “Persona que cuida y guarda locos” y “Jaula de locos…”.  En el español de América, dicho vocablo también significa ‘locura’, igual que en el español dominicano, aunque no en todos los contextos uno y otro término se puedan intercambiar, condición esta última necearía para que dos o más palabras se consideren completamente sinónimas.

En el Diccionario del español dominicano (2013:422), acerca de la susodicha voz se leen los siguientes significados:

Loquera:

1.     ‘Locura’

2.     ‘Impulso que hace que una persona haga algo repentino’

3.     ‘Acción absurda o fuera de lo normal’

Merced a los anteriores conceptos, se infiere que una “loquera”, de acuerdo al sentido que a esta le atribuyen los hablantes dominicanos, se puede hacer o decir, siempre que se trate de una ‘Acción absurda o fuera de lo normal’. Por tal razón, debe reputarse válido el uso que del precitado sustantivo haces en tu recién publicado libro (oct. 2022):“En cambio, empezó a hablar de loqueras y ella sintió la necesidad de irse…” (p.39); aunque en vez de “hablar de loqueras…”, quizás hubiese sido preferible escribir: “…hablar loqueras…”

En el enunciado pretranscrito, “hablar de loqueras” sería lo mimo que hablar de cosas absurdas, de dichos disparatosos o sin importancia. Nótese que en semejante contexto, “loquera” no se puede intercambiar con “locura”, término que además de sustantivo (‘Privación del juicio uso de la razón’, ‘Despropósito o desacierto’ y ‘Exaltación del ánimo…’) funciona también, en la lengua coloquial, como adverbio (‘Muchísimo’, ‘extremadamente’) y como adjetivo (‘Extraordinario’, ‘fuera de lo común’). Por ser así, en el texto (p.38) tampoco se puede cambiar “locura” por “loquera” en el juicio aclarativo: “La amó con “locura” como los grandes amores…”, vale decir, inaceptable habría sido, desde el punto de vista semántico, escribir: “La amó con loquera…”

Por último, es normal que los autores literarios, en sus obras empleen expresiones con el sentido dialectal de la comunidad lingüística a la que pertenecen. En tal virtud, la voz “loquera”, como aparece en la cita precedente, ha sido utilizada con el significado particular que este término soporta en la variante dialectal dominicana»

2.     ¿«Orgánico» o «auténtico»?

Como resultado del cambio lingüístico, cada cierto tiempo surgen voces que, favorecidas por el fenómeno de la masificación lingüística, se “pegan“, se desplazan, popularizan y cual epidemia léxica, saltan de un hablante a otro en una determinada comunidad. No siempre la palabra emergente, sin embargo, guarda relación semántica con el justo sentido de lo que realmente   se desea expresar. Es lo que sucede actualmente en el habla dominicana, con el archiutilizado adjetivo “orgánico”, término genérico estrechamente vinculado a ciencias como la Biología, Química, Medicina…, y que en su sentido propio designa cada uno de los procesos asociados a la vida y a todo aquello relacionado con los organismos; pero que de manera impropia se emplea con el sentido de ‘auténtico’, ‘integro’, “sincero”, ‘claro…’ Así se hablará de “mujer orgánica”, “profesional orgánico”, “funcionario orgánico”, etc. A tono con el valor significativo que dicho vocablo entraña, sí podría hablarse de “alimentos orgánicos”, “compuesto orgánico“, plantas orgánicas”. “sustancia orgánica”, etc. ; pero no de “mujer orgánica” ni de  profesional o funcionario “orgánico”.

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