martes, 3 de mayo de 2011

PRECISIONES LEXICOSEMANTICAS

1. ¿Adecúa o adecua?

ADECUAR es una de las tantas formas verbales cuyos usos generan vacilaciones, dudas y confusiones, muy especialmente cuando se emplea en primera, segunda y tercera persona, tanto del plural como del singular: adecue, adecúe, adecúen, adecua, adecúa, adecúan, adecuo, adecúo…

En cuanto al acento, ‘adecuar’, verbo regular, siempre se conjugó como 'averiguar', conservando en todas las formas de su conjugación el diptongo correspondiente (ua, ue, uo), y, en tal virtud, se consideraba equivocada la acentuación en variantes como 'adecúa’ y ‘adecúe’.

Sin embargo, la Asociación de Academias de la Lengua Española, en su Diccionario Panhispánico de Dudas (2005) registra como válida la acentuación antes considerada errónea, vale decir, además de conjugarlo como 'averiguar', la docta institución lingüística admite que ‘adecuar’ se conjugue como ‘actuar’; aunque recomienda el uso preferencial de la primera forma (adecue, adecua, etc.).

«En el uso culto – se lee en el antes citado texto - se acentúa preferentemente como ‘averiguar’; pero hoy es frecuente, y también válida, su acentuación como ‘actuar’» (pág. 19)

Según el mandato académico, son válidas, pues, las dos acentuaciones: con hiato (‘adecúa’) y con diptongo (‘adecua’). Y en virtud de ese mismo criterio, tan válido sería decir: “Es preciso que la nueva ley se ‘adecúe’ a la sociedad…”, como “Es preciso que la nueva ley se ‘adecue’ a la sociedad…”


2. ¿Electo o elegido?

Elegir, lo mismo que atender, confundir, resultar, soltar, bendecir y otros verbos del español, cuando se expresa en participio, adopta dos formas: una regular (elegido) y otra irregular (electo). Aunque en el uso cotidiano de la lengua, una y otra forma suelen confundirse en el plano de la significación, conviene aclarar que tales verboides soportan significados diferentes.

Elegido es el participio verbal o forma exclusiva usada en la formación de los tiempos compuestos y de la pasiva perifrástica: “Ella ha elegido ese hombre para su esposo” , “Leonel Fernández fue elegido (no electo) presidente de la República"

La forma irregular electo sólo se emplea cuando se aplica al que ha sido elegido para desempeñar un cargo o dignidad, pero que todavía no ha tomado posesión del mismo: a) “El presidente electo (no elegido) de República Dominicana hablará tan pronto regrese de Italia” b) “El diputado electo abandonó su barrio desde el mismo momento en que fue elegido para desempeñar tan importante función”

Se considera inaceptable el uso del referido adjetivo (electo), no así elegido, para formar los tiempos compuestos o la pasiva perifrástica de elegir, como en oraciones del tipo: "El señor Gómez fue de nuevo electo presidente de la junta de vecinos…” En tal caso debió escribirse "… fue de nuevo elegido…"

3. ¿Presidente o presidenta?

La Real Academia Española, en la decimonovena edición (1970) de su Diccionario de la Lengua Española, no registra el término “presidenta”. Sólo aparece ‘presidente’, asignándole, entre otros significados: a) « Que preside» b) « El que preside» Tampoco lo registra el académico y laureado lexicógrafo español, don Manuel Seco, en su muy valioso y consultado “Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española” (1986), texto en el que sólo se hace alusión al susodicho vocablo, “presidenta”, para definirlo como el femenino del nombre ‘presidente’

La fuerza del uso e intensificación de la presión ejercida por grupos feministas a partir de 1989, en pos del uso igualitario de la lengua, fue determinante para que la entidad rectora del uso del idioma español decidiera incluir la voz “presidenta” en la vigésima segunda edición (2001) de su diccionario, ofreciendo acerca de ella las siguientes acepciones:

Presidenta.

1. f. Mujer que preside.
2. f. presidente : cabeza de un gobierno, consejo, tribunal, junta, sociedad, etc.)
3. f. presidente : jefa del Estado.
4. f. coloq. Mujer del presidente.

También figura “presidenta” como entrada en el « Diccionario Panhispánico de dudas», publicado en el 2005 por la Real Academia Española y la Asociación de Academias Españolas. Y en él ‘presidenta’, lo mismo que presidente, se define como la « ‘Persona que preside algo’ y, en una república, jefe del Estado. Por su terminación, puede funcionar como común en cuanto al género (el/la presidente); pero el uso mayoritario ha consolidado el femenino específico presidenta.» (pág. 520)

Resulta a todas luces extraño el tratamiento genérico que se le ha dado al vocablo ‘presidente’, participio activo del verbo presidir, por cuanto otros participios iguales, tales como estudiante, comandante, oyente, dirigente, cantante, paciente, residente, ayudante, entre otros, no han recibido el mismo tratamiento gramatical en términos de la duplicidad genérica, esto es, no están admitidas las voces ‘estudianta’, ‘comandanta’, ‘oyenta’, ‘dirigenta’ ,’cantanta’, ‘pacienta’, ‘residenta’ y ‘ayudanta’.

No se descarta, sin embargo, que el uso de dobletes genéricos del tipo estudiante/estudianta; comandante/comandanta; oyente/oyenta; cantante/ cantanta y ayudante/ayudanta comience a ser demandado por los grupos de presión de orientación feminista y demás defensores y/o propulsores de la llamada lengua con perspectivas de género, mejor conocida como lengua no sexista.

domingo, 1 de mayo de 2011

¿ES LO MISMO ESTAR DORMIDO QUE DURMIENDO?

“No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo, porque no es lo mismo estar jodido que jodiendo”.

La aclaración, emitida en un diálogo informal con una periodista, se le atribuye al afamado escritor y académico español, Camilo José Cela. Y el juicio vale por cuanto son muchos los hispanohablantes que emplean los susodichos verboides, “dormido” y “durmiendo”, para referirse a una misma realidad. Merced a este planteamiento, no resulta extraño escuchar a una madre decir primero: “Mi hijo está dormido”, mientras que minutos después se le escuchará informar: “Mi hijo está durmiendo”

Como podrá apreciarse, en cada caso la tierna madre ha querido afirmar exactamente lo mismo, pero empleando construcciones gramaticales diferentes. Y fueron construcciones semejantes a estas las que motivaron la observación del reputado novelista antes citado:

“No es lo mismo estar dormido que durmiendo”

Para entender el fenómeno, es necesario saber o tener presente la función modificadora del participio y el gerundio. Este último, además de tener carácter adverbial, por cuanto su principal función consiste en modificar al verbo como adverbio de modo, tiene también carácter imperfectivo y durativo, esto es la acción nos la presenta inacabada o situada en tiempo presente. Siendo así, “estar durmiendo” significaría no haber terminado de dormir.

El participio, en cambio, funciona como adjetivo, apunta hacia el pasado y entraña la idea de pasividad, Posee carácter perfectivo y la acción del verbo nos la presente como acabada o despojada de todo valor durativo. En virtud de esta idea, “estar dormido”, sería lo mismo que decir ya se durmió, la acción de dormir terminó.