sábado, 8 de febrero de 2020

LOS HERMANOS CANDIDATOS: UNA HISTORIA, UN EJEMPLO.


(A los dirigentes, militantes y simpatizantes políticos)
Por : Domingo Caba Ramos

Todavía recuerdo la crónica publicada en el Listín Diario. Lo que no recuerdo es el nombre del municipio donde ocurrió el hecho. Todo sucedió cuando el PRD era un partido de verdad, durante el reinado de Peña Gómez, o cuando perredeístas y peledeístas se odiaban a muerte.

Dos hermanos candidatos, uno por el PRD y el otro por el PLD, se presentaron a un canal local de televisión para ser entrevistados. Los acompañó la madre de ambos. Los tres llegaron al canal en un mismo vehículo. Uno, el del PRD era abogado; el otro ingeniero. El primero tenía treinta años. El segundo, veintinueve. Los dos eran solteros. En tal virtud, aún residían en la casa paterna y dormían en un mismo cuarto.

« -¿Qué opinión te mereces tu hermano? », – se le preguntó al del PLD.

« -Es una estrella, mi ejemplo a seguir, más que un hermano, mi amigo, mi guía. Lamento que cogiera el camino equivocado y por esa razón será derrotado por mí. Sin embargo, no acepto que me lo hieran ni con el pétalo de una rosa »

« - Y tú, ¿qué opinas acerca de tu hermano?» - le preguntaron al hermano mayor.

« - Apenas le llevo un año de edad – respondió. Por eso siempre hemos sido pana full. Lo quiero con el alma. Creo que he sido su hermano, padre, amigo etc. El es un excelente candidato, pero yo soy mejor. Es también un extraordinario ser humano. Por eso a nadie le acepto que me defienda a mí, empañando la imagen suya . Quien hable mal de él está hablando mal de mí. Lo único que puedo criticarle es que como político no eligió el mejor partido. Por esa razón, lamentablemente, su derrota es segura »

« - Y usted, ¿por quién va a votar?»- se le preguntó a la madre.

« - Por ninguno – respondió, sin pensarlo mucho. Los dos son la luz de mis ojos. Los dos son brillantes y sé que cualquiera que gane de los dos va a realizar un excelente trabajo»

El programa concluyó. Los dos hermanos, junto a su adorada madre, abordaron el vehículo familiar que lo trasladó a su paterna residencia y tras sí dejaron una gran lección:

NINGUNA SIMPATÍA O MILITANCIA POLÍTICA PUEDE SITUARSE POR ENCIMA DE LAS RELACIONES QUE MANTIENE UNA PERSONA CON LOS SERES  QUE SON DIGNOS DE SU AFECTO.

Ojalá que el grandioso ejemplo de los grandiosos hermanos protagonistas de nuestra historia sea imitado por aquellos que afectados por un fanatismo político patológico o enfermizo poco les importa, especialmente en los procesos electorales, ofender e injuriar al amigo, hermano, hijo, vecino, compañero de trabajo, padre, a la madre etc., y hasta enemistarse con cada

viernes, 7 de febrero de 2020

HACER : UN VERBO CON PODERES IMPERIALES



Hacer: un verbo con poderes imperiales.
Por: Domingo Caba Ramos.

En diciembre del recién pasado año escuché y leí las siguientes notas periodísticas:

1) - " Todos bailaron, bebieron y compartieron en un ambiente de sana camaradería. Y como hacía mucha hambre, al llegar a la mesa comieron con voracidad... ".

            2) " Agentes de la policía apresaron a una pareja que fue sorprendida haciendo el amor en el interior de una yipeta... "


La primera nota constituye el párrafo final de una extensa crónica en la que uno de los reporteros de un famoso canal de televisión de Santo Domingo describe la fiesta que esta empresa ofreció en navidad a todos sus empleados. La segunda se explica por sí sola.

En la primera se afirma que " hacía mucha hambre ", en lugar de " sentían mucha hambre”. Y en la segunda se dice que la pareja fue "sorprendida haciendo el amor ", en vez de " fue sorprendida cuando sostenía relaciones sexuales". Y es que el hambre, en tanto sensación o necesidad fisiológica, es un deseo que se siente o experimenta, como sentimos la sed, el dolor, la fiebre, etc., Mientras que el amor, en tanto entidad abstracta, es un sentimiento, manifestación o impulso interior que se expresa a través de las más diversas formas afectivas; pero imposible sería, por su propia naturaleza, hacerlo y construirlo, como imposible resultaría igualmente hacer y construir el odio.

 Si así fuera, los prostíbulos habría entonces que considerarlos como verdaderos santuarios del amor. Y auténtico amor sería, además, el que quedaría edificado en cada relación sexual sostenida entre la linda jovencita y el  acaudalado hombre de avanzada edad, a quien ella finge amar , sólo por el  apartamento, el vehículo o el dinero  que de él espera recibir. De ahí que no exista en nuestra lengua una expresión más ligera, ilógica, irreal y carente por completo de valor semántico que la archimanoseada y eufemística frase: " hacer el amor”

Y todo por el uso dominante y monopólico de un verbo que históricamente ha marginado o situado en un plano secundario a las demás formas verbales del español. A tono con esta idea, Martín Vivaldi plantea lo siguiente:

“El verbo hacer, tan amplio y tan 'incoloro' se nos está introduciendo en el habla popular y en la escritura con profusión peligrosa para la pureza del idioma. La influencia es francesa. Hoy se hace todo. Así, se dice corrientemente: ' hacer música', por escribir o componer música’; ' hacer un viaje ', por ' viajar ‘; ' hacer un proyecto', por ' formar un proyecto’, etc. " (2000:140)


Si bien el muy citado profesor, periodista y lingüista español recomienda que “Emplearemos correctamente el verbo hacer siempre que nos refiramos a una acción manual, de manipulación o artesanía", este mismo autor entiende y aconseja emplear siempre el verbo que mejor precise el sentido de la acción expresada. Conforme a esta recomendación:

En lugar de…                                           Lo apropiado hubiera sido

Hizo la comida                                                Cocinó la comida
Hicieron una fiesta                                          Realizaron una fiesta
Hizo tres disparos al aire                                Realizó tres disparos
Hacer un libro                                                 Escribir un libro
Hicimos mucho dinero                                   Ganamos mucho dinero
Haré el informe                                               Redactaré el informe
Le hicieron su oficina                                     Le construyeron su oficina
 Le harán una despedida                               Le organizarán una despedida

Estos son sólo algunos ejemplos.

 Si al final de un día cualquiera pudiéramos leer y escuchar todo lo que en su transcurso expresamos, posiblemente nos convenceríamos de una vez y para siempre de la forma monopólica y señorial como se comporta el verbo hacer en el uso cotidiano de la lengua española.

Igual vaguedad sucede con otras formas verbales, llamadas por Vivaldi”Verbos fáciles“: poner, decir, haber, estar, ser, tener, etc... Entre estos y otros verbos fáciles, hacer, a todas luces, parece ser el más fácil de todos. Particularmente, para la mayor parte de los hablantes dominicanos, todo se hace: ¡hasta el amor…!