Por : Domingo Caba Ramos
Como hoy en Santiago de los Caballeros y otros pueblos del Cibao no ha parado de llover; aunque en forma intermitente, no he dejado de recordar la emotiva reacción frente a la lluvia de mí siempre Pequeño Manojito de Ternura, Nicol María, cuando apenas había cumplido siete años de edad. Tan pronto escuchaba el sinfónico sonido de las primeras gotas que del cielo descendían, acto seguido me invitaba o tomaba de la mano para contemplar la lluvia al caer desde el balcón de nuestra casa.. Y frente a la lluvia, siempre le cantaba a esta con los los versos que una vez se le ocurrió improvisar :
«Lluvia, lluvia vete ya,
que otro día volverás,
y mi familia quiere jugar…»