Por : Domingo Caba Ramos
Doña Librada Ramos, Vda. Caba
Así, como se lee en los versos que siguen, era ella:
“Eras sencilla y dulce; eras tan buena,
que nada para ti nunca pediste,
tu caudal de bondad lo repartiste,
con toda el alma de ternuras llena.”
Un día como hoy, 16 de febrero de 1997, murió mi madre. Veintiún años hace ya que se materializó tan infausta, dramática y repentina partida; más a todos nos parece que fue ayer, esto es, nos parece que aún vive. Y al percibirla así, siempre diremos con las palabras del poeta:
“Es verdad que ha muerto;
pero en mis actos está intacta,
pero en mis sueños está intacta,
pero en todas mis emociones está intacta...”
(Domingo Moreno Jiménez)
Y por percibirla así, no me cansaré de pregonar, también con las palabras del poeta:
“Hay muertos que van subiendo,
cuanto más su ataúd baja...”
(Manuel del Cabral)
viernes, 16 de febrero de 2018
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