jueves, 11 de junio de 2015

¡DÉJAME DORMIR, MAMÁ!

 (A todos los legisladores dominicanos)

 Por: Domingo Caba Ramos

                    Diputado dominicano durmiendo mientras se debatía el proyecto de reforma a la Constitución.

Hace cinco años recibí, vía correo electrónico, un singular poema titulado “Déjame dormir mamá” (2008), de indiscutible acento epigramático, copia del cual aparece al pie de estas notas. El poema lo disfruté bastante, no sólo por el fino humor y la aguda sátira que laten en cada uno de sus versos, sino porque su lectura me enseñó que la conducta de los legisladores parece ser la misma en todas las naciones del mundo. O, lo que es lo mismo, que los diputados y senadores de allá son tan charlatanes y sinvergüenza como la mayoría (no todos) de los diputados y senadores de aquí.

La susodicha composición entraña una fuerte crítica al Parlamento español y fue publicada el 3 de noviembre del 2008 por el poeta, periodista, humorista y profesor español José Aguilar Jurado, mejor conocido por el seudónimo de Fray Josepho de la Tarima. Vale resaltar esta idea, ya que por error ese ha escrito que el autor de “ Déjame dormir mamá” fue el religioso franciscano español Fray Junípero Serra (1713-1784), esto es, que fue compuesto en el siglo XV111,período en el que aún no se conocía el término estrés.

 ¿De qué trata el poema?

 La divertida y aleccionadora composición nos relata el caso de un diputado español que en lugar de marcharse y dirigirse al Parlamento a cumplir con sus funciones, prefiere quedarse dormido en casa, amparado en el irresponsable argumento de que allí no hace falta, de que ser parlamentario le produce cansancio, de que si falta nada le pasará, de que muy poco le importa lo que de él digan, que solo les importan el salario y las dietas que recibe y que al Parlamento solo se va a votar por lo que otros propongan y a “dormir en el escaño”.

 En nuestro país, los diputados no solo se quedan durmiendo en sus casas, sino que también se duermen cuando asisten a las sesiones. La prensa dominicana, en tal virtud, publicó recientemente fotos de legisladores que dormían en sus respectivos curules mientras se debatía un asunto tan serio como el de la modificación de la Constitución de la República. ¡BÁRBAROS!

 ¡DÉJAME DORMIR MAMÁ!

 "-Hijo mío, por favor,
de tu blando lecho salta.
 - Déjame dormir, mamá,
que no hace ninguna falta.

-Hijo mío, por favor,
 levántate y desayuna.
- Mamá, déjame dormir,
 al menos hasta la una.

 -Hijo mío, por favor,
que traigo el café con leche.
 -Mamá, deja que en las sábanas,
 un rato más aproveche.

 -Hijo mío, por favor,
que España entera se afana.
-¡Que no! ¡que no me levanto,
porque no me da la gana!

 -Hijo mío, por favor,
que el sol está ya en lo alto.
-Déjame dormir, mamá,
 no pasa nada si falto.

-Hijo mío, por favor,
 que es la hora del almuerzo.
-Déjame, que levantarme,
 me supone mucho esfuerzo.

-Hijo mío, por favor,
van a llamarte haragán.
-Déjame, mamá, que nunca,
 me ha importado el qué dirán.

-Hijo mío, por favor,
 ¿y si tu jefe se enfada?
-Que no, mamá, déjame,
que no me va pasar nada.

-Hijo mío, por favor,
que ya has dormido en exceso.
-Déjame, mamá, que soy,
diputado del Congreso.

-Y si falto a las sesiones,
no se advierte ni se nota,
 solamente necesito,
acudir cuando se vota.

-Que los diputados somos,
ovejitas de un rebaño,
para votar lo que digan,
y dormir en el escaño.

-En serio, mamita mía,
yo no sé por qué te inquietas,
si por ser culiparlante,
cobro mi sueldo y mis dietas,
lo único que preciso,
de verdad, mamá, no insistas,
es conseguir otra vez
que me pongan en las listas.

-Hacer la pelota al líder,
ser sumiso, ser amable,
y aplaudirle, por supuesto,
cuando en la tribuna hable.

-Y es que ser parlamentario,
fatiga mucho y amuerma,
por eso estoy tan molido,
¡déjame, mamá, que duerma!

-Bueno, te dejo, hijo mío,
perdóname, lo lamento,
¡yo no sabía el estrés,
que produce el Parlamento!"