jueves, 27 de marzo de 2014

CÁPSULAS LEXICOSEMÁNTICAS.

Por : Domingo Caba Ramos.

 1. ¿Por qué « Jons»?

 HOMS es la sigla correspondiente al nombre del Hospital Metropolitano de Santiago. La sigla de una palabra escrita en idioma español, pero que los dominicanos pronuncian como si se tratara de una voz propia de la lengua inglesa: “jons”, cuando en buena fonética española lo más apropiado sería pronunciarla “ons”.

 Quizás actúen por analogía quienes persisten en el uso de esa ánglica pronunciación, por cuanto se sabe que en inglés la letra h suele articularse como j cuando aparece en posición inicial de palabras seguida de vocal, como bien se puede apreciar y comprobar en voces como ‘home’, ‘how’ y ‘house’, entre otras. O talvez porque el sonido “jons” lo perciben mucho más prestigioso y eufónico, que el muy castellano “ons”.

 Pero importa la razón que se invoque. Desde el punto de vista lingüístico, no existen motivos que justifiquen el cambio de “jons” por “ons” en el momento de referirnos al Hospital Metropolitano de Santiago; pero como en materia de lengua el uso, en ocasiones, se traduce en norma, más que extraño resultará el que un hablante cualquiera ose llamarle “ons” a este prestigioso centro de salud.

2. «Medio ambiente y medioambiental»

 En la bases del concurso patrocinado por una prestigiosa empresa de Santiago, el periodista leyó el título del tema propuesto: “Periodismo y medioambiente”, y un tanto confundido, no tardó en llamarme para compartir conmigo su idiomática inquietud :

 - “Pensé que medio ambiente se escribía en dos palabras y no en una, como la veo escrita por aquí”.

 - Así es - le respondí. No sucede lo mismo, sin embargo – le amplié – cuando se trata de su adjetivo correspondiente: medioambiental, el cual sí debe escribirse en una sola palabra. Vale destacar que medio ambiente es una forma pleonástica o redundante de decir medio o ambiente, toda vez que medio, lo mismo que ambiente, se define como el “ conjunto de circunstancias o condiciones exteriores en que vive alguien o algo”

3.  «El interior del país»

 Esta frase se emplea comúnmente para designar cualquier lugar o pueblo de nuestro país, distante de la capital de la República. Pero sucede que según el criterio académico, interior es lo “Que está en la parte de adentro” o lo “Que está muy adentro”.

 Conforme a estos conceptos, sólo podríamos admitir como pueblos, sitios o lugares del interior del país aquellos situados geográficamente en el centro o “muy adentro del territorio nacional. Y por la misma razón quedarían excluidos de esa categoría los sectores alejados del centro o no ubicados “muy adentro”, como serían las comunidades fronterizas o las pertenecientes a nuestro litoral, tales como Miches, Samaná, Puerto Plata, Dajabón, etc. Y si por el contrario se persiste en considerar como del interior a esos pueblos costeros, entonces también tendríamos que admitir como tal todo lo que corresponda a la parte costera o litoral de la ciudad de Santo Domingo.

4.  «El Sur profundo» 

¿Existe en nuestro país un sur no profundo?

Honestamente no lo sé. Mas así parecen concebirlo quienes cada vez que se refieren a esa zona de la República Dominicana siempre hablan de sur profundo.

 El adjetivo profundo, además de “intenso o muy vivo” entraña la idea de hondura o gran penetración. En virtud de esto, inconcebible sería considerar como honda, intensa y penetrante a la ya referida, histórica y lejana región sureña. Talvez, en tales casos, en lugar de profundidad, al hablante lo que le interesa es subrayar la idea de lejanía. Y en lugar de profundo, quizás lata en su mente la idea que más se corresponde con el sentido estricto de lo expresado: la idea de sur lejano.

5. «A la altura del kilómetro… » 

 “El accidente se produjo a la altura del kilómetro cinco de la Autopista Duarte...”, se lee en una nota de prensa publicada recientemente en uno de nuestros diarios nacionales.

 Confieso sinceramente que ignoro, y me gustaría conocer, los instrumentos técnicos de que se valen muchos de los periodistas dominicanos para determinar la “altura” o “pendiente” de un determinado kilómetro.

 ¿ No será esa “ a la altura del ...” una de esas famosas “expresiones chatarra” que tanto vulneran la esencia del Principio de Economía Lingüística, principio que, en el caso que nos ocupa, bien pudo respetarse si el redactor hubiera escrito : “ El accidente se produjo en el kilómetro cinco de la Autopista Duarte ...”

 «Los añitos de Luisito».

 La madre, evidentemente alegre, llama al programa de radio y solicita que le toquen “un pianito para mi niño Luisito que hoy cumple dos añitos”.

 Sabido es que no existen años más grandes ni más pequeños que otros, no importa que los mismos, en el plano humano, se refieran tanto a niños como a adultos. En otras palabras, un año es siempre un año. Sin embargo, resulta altamente curioso cómo la tierna madre de Luisito, mediante el proceso de transferencia semántica, y apelando al valor afectivo que entraña todo diminutivo, intenta destacar la corta edad del hijo casi recién nacido, concentrando la idea de pequeñez , no en la estatura de su niño apreciado, sino en los años por este cumplidos.

 Pero “añito”, conviene destacarlo, en su sentido profundo no sólo envuelve la idea de corta edad y baja estatura, sino también de amor, ternura y afecto. Porque contrario a lo se pueda cree y se nos ha enseñado tradicionalmente en la escuela, los diminutivos, más que sentido de pequeñez, en su estructura semántica concentran un profundo contenido sentimental. Pueden entrañar también la idea de burla y desprecio.