miércoles, 16 de junio de 2010

CANTO A TAMBORIL

Doña Elsa Brito de Domínguez. Maestra y poetiza, nació en Tamboril, pero reside en Santiago, ciudad en la que por más de cuarenta años ejercició el magisterio, la mayor parte de ellos en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Auténtica y fervorosa tamborileña, supo plasmar todo el amor que siempre ha sentido por su querida patria chica o venerada “PAJISA ALDEA” en su muy nostálgico y descriptivo "Canto a Tamboril":


Canto a Tamboril

Oh Tamboril adorable
pinceladas eufóricas recogen tus samanes
y al arrullo del viento
tus flores amarillas
se van de prisa a veces
y no quieren volver.

Tus rieles, dos líneas paralelas,
que estamparon su marca
en la tierra aldeana
y al vaivén de un tranvía
repiquetearon danzas en sus hierros lustrosos
que ya no volverán.

Me hablaron de tus voces, poéticas y pulcras
oí decir un día,
que a la luz de la luna
con requiebros y cuerdas de guitarra
a Tabaré leían
y amaban del poeta su lírica exquisita.

Las blancas azucenas, silvestres parecían,
placeras sin canciones bajaban a la aldea
y las extrañas blancas, rosadas y moradas,
engarzaban sus pétalos
sin temor de ser pintadas
en una florería.

El laurel con su copa desafiante y augusta
como un molino sacro
retuerce las frutitas
que se desparraman muy tristes y en calma
en la calzada agreste
que ha abrazado la tierra
como muralla inerme
de pleno Siglo Veinte.

El sol ha dormido la tierra
que bordada en tabaco suspira
y el obrero silente
ha cortado el cigarro
con chaveta hechizada
de sus hojas negruzcas y dobladas
han logrado
los silbidos, la sangre y el agua.

La montaña ha doblado el costado
y ha exhibido el verdor de su falda
de la entraña del suelo ha brotado
la luz transparente del ámbar.

Yelidá con su canto sonoro
fue acrobacia de imagen y esmero
que dio gala y renombre al poeta
cuando hablaba de dioses noruegos
y de sueños azules
con éxtasis augusto
y frenesí de la tierra morena.

Tamboril, te repito tu canto,
en mi línea trazada a mi antojo
con luceros por ámbar,
con savia de grama,
sudores silentes
de obreros que cantan,
un laurel hermoso
de copa gigante,
y la historia sacra
de un samán que alberga
los sueños y risas
del que hilvana cuentos
en noches de luna.
Pinceles poéticos, bordaron tus órbitas
y el cielo ha quedado como espejo mágico
retratando el marco del retrato dado
de aquellas siluetas que están en mi alma
vestidas de gala
porque son recuerdos
de mi pueblo amado.

( Autora : Elsa Brito )

CALLE "ELSA BRITO"

Por : Domingo Caba Ramos

(Resumen de la semblanza leída por el autor ( Domingo Caba R. ) el día 8 de agosto del 2007 en el acto en que se designó con el nombre de Elsa Brito una de las calles del sector Francisco A. Caamaño del municipio de Tamboril)


                                                               Doña Elsa Brito de Domínguez

Honrar honra, rezan las palabras de la vieja y conocida expresión popular. Por eso de entrada me siento en el deber de felicitar a la honorable Sala Capitular del Ayuntamiento , al Club Rotario y a las representaciones políticas del municipio de Tamboril por la feliz y sabia iniciativa de designar con el nombre de “Elsa Brito” una de las calles que conforman el área urbana de la llamada “Pajiza Aldea”

Siempre he creído que reconocer o rendir honor a quien honor merece, aparte de un noble acto de justicia, constituye la más sana expresión de nobleza y responsabilidad por parte de la persona o institución que organiza el homenaje. Y mayor significado adquiere semejante distinción si el ser reconocido aún se mantiene respirando y activo en el siempre complejo pero placentero mundo de los vivos.

De entrada debo igualmente resaltar que Tamboril está matizado por un rasgo bastante característico: a su gente, al parecer, le resulta humanamente imposible desconectarse sentimentalmente de sus raíces pueblerinas. Por eso en la distancia, a sus hijos, los recuerdos de la patria chica afloran siempre a su mente. Y así como escribió la destacada poetisa cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda cuando tuvo que abandonar la isla de sus sueños:

¡doquier que el ado en su furor me impela
tu dulce nombre halagará mi oído!”

Del mismo modo Dagoberto López, poeta tamborileño radicado desde en 1971 en E.E.U.U., escribió, en el mismo instante en que tuvo que dejar atrás su lar nativo , unos versos en los que late la nostalgia y amargura que siente todo aquel que deja tras sí el sol, el cielo y el aire del paisaje local:


“Se acerca la hora, me voy Tamboril
y voy a llevarme las cosas pequeñas de mi vida triste
las que llevo siempre en lo más profundo de mis cicatrices.
Me voy Tamboril,
me voy pero vuelvo”

Muerto a destiempo y establecido a muy temprana edad en la capital dominicana, Tomás Hernández Tolentino evoca el paisaje nativo en un canto de indiscutibles aliento nostálgico:

“Pero no hay más belleza que la de mi aldea.
¡Qué amanecer!
¡Qué dulce es recordarte Tamboril!”

En tanto que del padre del anterior y autor del famoso poema YELIDA, Tomás Hernández Franco, se registra su muy famosa y conocida frase:

“Yo fui tamborileño en París, en New York, en Centroamérica y en Santiago”

Y en ese mismo contexto, una de las hijas meritorias del municipio, maestra consagrada y poetisa de aguda sensibilidad proclama con el mayor candor o fuerza lírica que se le pueda imprimir al verso:

“¡Oh Tamboril adorable!
pinceladas eufóricas recogen tus samanes
y al arrullo del viento
tus flores amarillas
se van de prisa a veces
y no quieren volver…”

Esa hija meritoria, educadora consagrada y ciudadana ejemplar es la misma cuyo nombre identificará a partir de hoy la calle en que nos encontramos. Nos referimos a doña Elsa Vda. Domínguez, mujer de chica o diminuta anatomía , pero grande de ideas, cerebro y corazón.

Maestra y poetisa, constructora de versos y forjadora de cultura, doña Elsa nació en Tamboril, el 10 de diciembre de 1935, comunidad donde cursó sus estudios primarios y a cuyo desarrollo social y cultural siempre ha estado ligada. Sus estudios secundarios los realizó en los liceos “Ulises Francisco Espaillat” (Santiago) y “Domingo Faustino Sarmiento”, de la ciudad de Moca.

En la Escuela Normal Superior “Emilio Prud Homme” cursó estudios de formación docente y en esa prestigiosa institución, en 1957, obtuvo el título de Maestra Normal de Segunda Enseñanza, sección

Letras. Siete años más tarde, en 1963, se matriculó en la carrera de Derecho de la Universidad Católica Madre y Maestra, mas su vocación pedagógica muy pronto la llevaría no sólo a cambiar de carrera sino también de universidad, y es así como en los años 1971 y 1972 se gradúa de licenciada en educación y orientadora en la Universidad Nacional “Pedro Henríquez Ureña”

LABOR DOCENTE

Su labor docente se inició en 1957 como profesora del Liceo Secundario Ulises Francisco Espaillat, de Santiago, donde ejerció hasta 1975, año en que pasó a impartir clases a la Universidad Católica Madre y Maestra, centro en el que aún se mantiene activa como Profesora Asociada. También impartió docencia en los colegios Sagrado Corazón de Jesús y La Esperanza, así como las escuelas de formación de maestros “Emilio Prud Homme”, Santiago, y “Luis Núñez Molina”,en Licey al Medio.

Pero paralela a este quehacer sistemático y formal típico de la escuela, vale destacarlo, esta inquieta y fecunda educadora ha educado igualmente con su producción literaria, múltiples conferencias y conducta de madre y ciudadana ejemplar. Como ya lo postuló la también maestra y poetisa chilena Gabriela Mistral, de doña Elsa bien puede afirmarse que ha enseñado “con la acción, el gesto y la palabra”

LABOR LITERARIA

Aunque se ha destacado en el género poético, la profesora Elsa Brito ha escrito obras de ensayo y teatro. En 1976 publicó su primer libro de versos titulado “Al pie de mi escalera” y en enero del 2002 dio a la luz su más reciente obra: “La muralla de los siglos”, cuya puesta en circulación, un año después en la Casa de la Cultura Latina, en Bruselas, Bélgica, constituyó todo un acontecimiento internacional para orgullo no sólo de la autora y su familia, sino también para orgullo de todo el pueblo de Tamboril. Y todo un acontecimiento fue también la conferencia que sobre el insigne poeta tamborileño, Tomás H. Franco leyó en 1997 en la sede de la UNESCO. Ha colaborado en diferentes periódicos y revistas nacionales y representado al país en varias ocasiones en eventos culturales. Por su gran labor educativa y promotora cultural ha sido objeto de innúmeras distinciones.

Casó con el señor Pedro Domínguez (fallecido) de cuyo matrimonio nacieron cinco hijos: Pedro, Alejandro, José Luis, Elsa María y Francisco Domínguez Brito.

Por su trayectoria y aportes en favor de su pueblo y el Cibao, doña Elsa es más que merecedora del justo homenaje que en su nombre han organizado en esta calurosa mañana de agosto el Honorable Ayuntamiento y el Club Rotario de estemunicipio.