sábado, 11 de abril de 2009

EL VIAJE DE LA LENGUA
(Apuntes sobre el español de América)

- Quinta parte -

“La tendencia a identificar a la América española con Andalucía en el orden linguítico, con apoyo en el supuesto predominio de los andaluces en la conquista y colonización del Nuevo Mundo, es cosa antigua ya; pero carece de fundamento sólido…”

- Pedro Henríquez Ureña -


TEORIAS SOBRE EL ESPAÑOL DE AMERICA

Son diversas las teorías que se han propuesto con el propósito de explicar o definir la base del español americano. Entre estas, por su importancia o relevancia, merecen citarse las siguientes:

1. Zonificación del español de América.
2. Influencia del sustrato indigenista.
3. Base dialectal andaluza.

De todas ellas, la que más encendidas polémicas ha generado, ha sido la muy famosa y menos controversial tesis andalucista. Por esa razón, esta vez sólo ella será considerada.

La tesis andalucista.

El problema de las relaciones existentes entre el andaluz y el español de América ha dado lugar a lo que podría considerarse como la más controversial de todas las discusiones que se han llevado a cabo en el escenario lingüístico hispanoamericano.

Aunque esta tesis se remonta al siglo XVIII, la misma se inicia con el romanista Max Leopold Wagner, quien en su estudio “El español de América y el latín vulgar” (1920) la amplía o enriquece al sostener que en el español de América influyeron variantes dialectales provenientes del sur de España. Aclara que ese influjo se hizo más patente en las áreas costeras americanas pobladas, en época temprana de la colonización, por habitantes procedentes del sur de la península ibérica, la mayoría de los cuales eran andaluces y extremeños. Este punto de vista, si no válido – apunta Germán de Granda – es el primero que plantea la influencia andaluza en las zonas costeras del Nuevo Mundo.

Según Wagner y demás defensores de la tesis andalucista, el español de América no es más que una prolongación del español hablado en el sur de España, particularmente en Andalucía y Extremadura, debido a que los primeros colonizadores de América eran, en su gran mayoría, extremeños y andaluces. Plantea que en el orden lingüístico la coincidencia es casi absoluta, básicamente en la fonética, toda vez que los principales rasgos fonéticos característicos del habla andaluza se dan también en la modalidad lingüística americana: seseo, yeísmo, eliminación o aspiración de /s/ implosiva y eliminación de la /d/ intervocálica, entre otros.

Un año después que Wagner diera a conocer su estudio, el dominicano Pedro Henríquez Ureña publicó un ensayo titulado “Observaciones sobre el español de América” (1921), trabajo en el cual el reconocido humanista expresa su rechazo a la influencia andaluza en el español americano. En el precitado trabajo, y refiriéndose a las investigaciones que sobre esta variante dialectal se habían realizado, Henríquez Ureña establece que:

« Ante tanta diversidad fracasa una de las generalizaciones más frecuentes: el andalucismo de América; tal andalucismo, donde existe – es sobre todo en las tierras bajas - , puede estimarse como desarrollo paralelo y no necesariamente como influencia del sur de España» (Pág.359) Entiende el gran maestro y lingüista que tal influjo no pudo ser posible debido a que entre los colonizadores que llegaron a América, los andaluces no constituían mayoría ( 42.9%), hecho que sí ocurría con los procedentes del norte de España ( 43.7%) . Los andaluces eran pues minoría, según Pedro H. Ureña, y su dialecto, por consiguiente, de ningún modo, podía constituirse en la base del dialecto americano.

« La semejanza con Andalucía – escribe el maestro en otro de sus libros – se pensaba que podría deberse al supuesto predominio andaluz en la conquista y la colonización. Pero las investigaciones sistemáticas hacen pensar, hasta ahora, que no hubo predominio andaluz. Y las peculiaridades en que se apoya la semejanza no siempre existían en los siglos XV y XVI…» (El español en Santo Domingo, 1978, Pág. 166) Si bien no niega las coincidencias entre el andaluz y las diferentes hablas hispanoamericanas, considera que tales similitudes se deben a un desarrollo paralelo y no al influjo de la modalidad andaluza. Afirmaba que el español de América era diferente al de España, por cuanto era el producto de una evolución autónoma sucedida al margen del influjo de elementos ultramarinos

Los jucios de Henríquez Ureña sobre el no influjo andaluz en el español de América fueron corroborados o encontraron apoyo en otro gran maestro, hispanista e investigador de la realidad lingüística hispanoamericana: Amado Alonzo

Estudios posteriores sobre este mismo asunto realizados, entre otros, por los afamados hispanistas Peter Boyd- Bowman, Rafael Lapesa, Diego Catalán, D. Ramón Menéndez Pidal, Tomás Navarro Tomás y Germán De Granda Gutiérrez permitieron demostrar que efectivamente, y contrario a las conclusiones de Pedro H. Ureña, hubo mayoría andaluza entre los pobladores españoles del Nuevo Mundo durante el primer siglo de la colonización y conquista de este continente. El último de estos prestigiosos dialectólogos, Germán De Granda, es bastante concluyente en su planteamiento cuando afirma que la matriz andaluza del español americano es un hecho que no soporta discusión a la luz de las modernas investigaciones realizadas con el propósito de explicar el origen y evolución de la variante dialectal hispanoamericana.

14/11/09

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