Las pensiones especiales: Carta abierta al presidente Abinader
Por: DOMINGO CABA RAMOS
Señor presidente:
En su campaña electoral, usted prometió que de ganar las
elecciones, el suyo sería “el gobierno del cambio”. Y
ciertamente en su gobierno se han realizado cambios importantes y ejecutado
medidas en bien de la población nunca vistas en la República Dominicana. Sin
embargo, señor presidente, para que se verifique un auténtico o verdadero
cambio, usted debe descontinuar la impopular práctica de otorgar alegremente pensiones especiales
a personas famosas, que
posiblemente no la necesitan ni tampoco las
han solicitado; pero que usted y otros presidentes se las han concedido , solo por su condición de ser famosas.
Personas que hasta les aumentan el monto de sus especiales
pensiones sin que ellas lo reclamen. Los cañeros, en pos de ese beneficio,
tienen, sin embargo, que realizar piquetes frente al Palacio Nacional. Personas
que nunca han trabajado para el Estado; pero que, extrañamente, el monto de sus
pensiones duplica, triplica y hasta cuadruplica el salario de miseria que por
concepto de pensiones y jubilaciones recibe la casi totalidad de humildes
trabajadores, hoy en su mayoría enfermos, que durante más de treinta años
mellaron su salud y gastaron su juventud sirviendo en la administración
pública.
Eso no es posible, señor presidente.
¿Sabía usted, señor presidente, que el maestro pensionado o
jubilado antes del año 2008, recibe como salario RD$20,000 y menos de esa
cantidad?
¿Sabía usted que el Instituto Dominicano de Seguros (IDSS), en
virtud de lo que establece la Ley 1896 sobre pensión por vejez, por iniciativa
propia no pensiona a nadie, y el empleado que osa emprender la tormentosa y no
menos traumática misión de solicitar tal beneficio, si es que tiene tiemplo y
fuerza para darle un estricto seguimiento a su caso, podría durar hasta cinco
años para recibir la pírrica suma de RD$10,000?
¿Sabía usted, señor presidente, que uno de mis parientes depositó
en fecha 27/12/2017 los documentos correspondientes para optar por esa pensión
por vejez que otorga en teoría el IDSS, y hasta la fecha ni respuesta ha
recibido?
¿Sabía usted, señor presidente, que en virtud de lo que establece
la Ley No. 451-08, Art. 170, párrafo II: «Los sueldos de los
docentes pensionados y jubilados serán revisados por lo menos cada tres (3)
años para hacer los ajustes adecuados a la variación de índice de precios del
país, pero nunca serán menores que el sueldo mínimo del sector oficial », y que
esa disposición, sin embargo, nunca se ha cumplido?
Eso
no es posible, señor presidente. Eso requiere cambios urgentes.
No
es posible, señor presidente, que mientras Rafael Bello Andino recibe
mensualmente el beneficio de una pensión especial por la suma de RD$150,000, la
viuda de Víctor Víctor, RD$96,000, Fefita la Grande, RD$70,000 y la viuda de mi
ídolo Johnny Ventura, RD$76,000, mis tres hermanos exmaestros reciben RD$20,000
cada uno por concepto de la jubilación que por ley les corresponde después de
haber permanecido más de treinta años en ejercicio. Uno de esos hermanos laboró
como maestro y director de escuela y liceo público durante casi cuarenta años.
Nótese que la sumatoria de los tres salarios de mis parientes está muy por
debajo del devengado por uno solo de los famosos antes citados.
Los
artistas antes citados son y fueron mis ídolos o artistas preferidos y, en tal
virtud, entiendo que todo se lo merecen; pero como dice el refrán: «Amor no
quita conocimientos». Son y fueron mis ídolos; pero esos ídolos que nunca
fueron empleados públicos y que ganaron muchísimos dineros no pueden ser
favorecidos de manera especial con un salario tan distante al del monto
devengado por ley por un servidor que como un maestro, por ejemplo, ha
permanecido treinta, treinta y cinco y hasta cuarenta años luchando en una
calurosa aula para sacar de las tinieblas el producto humano que la sociedad
puso en sus manos
De ningún modo quiero
parecer egoísta al proyectar la idea de que me opongo a que artistas,
comunicadores y personas famosas sean favorecidas con una pensión especial. No,
jamás. De lo que sí estoy convencido y hasta me molesta, señor presidente, es
que personas que jamás desempeñaron un puesto público, que en
el pasado ganaron mucho dinero, que hoy quizás cuentan ellos, o los parientes
de los cuales dependen, con buenas condiciones económicas , reciban una pensión hasta seis veces por encima de quienes «guayamos
la yuca » en el Estado .
Su
gobierno, señor presidente, es el gobierno del cambio, como usted mismo lo ha
proclamado. Merced a esa proclama y a la luz de los conceptos más arriba
emitidos, usted tiene, la última palabra.
(PUBLICADO
EN DIARIO LIBRE 17/12/2021 )
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