jueves, 23 de mayo de 2019

LAS MADRES QUE YO QUISIERA VER EN LAS PÁGINAS SOCIALES


Por: Domingo Caba Ramos.

                                                                   Marchanta por las calles de Santiago de los Caballeros


Este domingo se celebrará en la República Dominicana el “Día de las madres”.  Ese día leeremos en las páginas sociales de los diarios nacionales extensos reportajes acerca de las madres; pero no de todas, sino exclusivamente acerca de aquellas con nombres y apellidos; pero los nombres y las fotos de las madres sin nombres o desheredadas de la fama y la fortuna, brillarán por su ausencia.

Me parece bien que en los periódicos, la radio y la televisión se destaque el rol de esa madre artista, funcionaria, política o perteneciente a la clase socialmente privilegiada. Por el simple hecho de ser madre se merece eso y más; pero al lado de esta, yo quisiera ver y escuchar a la otra madre: a la madre sin nombre, a la madre pobre, a la madre de abajo.

Al lado de la madre de arriba, yo quisiera ver en las páginas sociales de nuestros diarios la foto de la madre  que ha tenido que “hacer de tripa corazón” para desarrollar a su familia y enfrentar los múltiples problemas que la vida le plantea.

Al lado de la madre de abolengo, yo quisiera ver la foto de la humilde “Marchanta”, que a lomo de flaco y cansado jumento, y desafiando los efectos de un sol que quema y un frío que sobrecoge, se desplaza cada día por las calles polvorientas de la Gran Ciudad, ofertando el producto cuya venta le permitirá comprar el alimento, el vestido, las medicinas y los útiles escolares para el hijo que espera en casa.

Al lado de esa empresaria, doña o madre distinguida ,  este Día de las madresyo quisiera ver en los periódicos y demás medios de comunicación la foto de la trabajadora doméstica que planchando,  lavando y limpiando en una “casa de familia” logró convertir en profesionales a  cada uno  de sus hijos.

Al lado de la madre banquera yo quisiera ver la foto de la otra madre, de aquella que en más de una oportunidad tenía que tomarle prestada una moneda al primer vecino que le pasaba por el lado para entregársela al hijo que se marchaba a la escuela.

Al lado de la madre  funcionaria, yo quisiera ver la foto de esa otra madre, operaria de nuestras Zonas Francas, verdadera  heroína sin nombre,  que después de  salir de su centro de trabajo , a las 5 o  6 de la tarde,  parte hacia la  universidad a recibir clases con el fin de obtener un día un título universitario.


Al lado de esa madre famosa o de renombrada imagen, me gustaría leer en las páginas sociales de nuestra prensa escrita un reportaje acerca de esa   madre viuda, divorciada, soltera, también auténtica heroína sin nombre, que sola, sin ayuda y la que en base a esfuerzos y sacrificios logró "echar sus hijos hacia adelante”, sin otros recursos económicos que no fueran los provenientes de su arduo trabajo.

Cuando con motivo del día de las madres en nuestros medios de comunicación solo se resalta el papel que como madre desempeña la madre de alto rango social, se olvida que es extremadamente fácil ser buena o excelente madre cuando   todas sus necesidades o problemas existenciales están resueltos; pero cuando la madre carece de todo o navega en el mar de las limitaciones, cumplir con sus naturales compromisos, más que un sacrifico, es una odisea. En otras palabras, ese cumplimiento o papel desempeñado por la mujer que nos trajo al mundo alcanza mayor dimensión o significado mientras mayores son sus necesidades y menores sus recursos económicos.


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