domingo, 16 de febrero de 2025

VEINTIOCHO (28) AÑOS Y PARECE QUE FUE AYER


Por: Domingo Caba Ramos.


«
Hay muertos que van subiendo,
cuanto más su ataúd baja...»

   (Manuel del Cabral)

 Todo lo alegre y lo triste ocurrió entre los días 15 y 16 de febrero de 1997. El primero de esos días, en las primeras horas de la tarde, partimos rumbo al corazón de la sierra a celebrar el cumpleaños de una de mis cuñadas (Josefina Rubio), en uno de los restaurantes (Cafeto) ubicados en La Cumbre, Puesto Grande, del municipio de Moca.

  Y allí, desbordante de alegría, estaba ella (doña Librada) compartiendo el gratísimo momento junto a sus hijos y nietos.

  Allí estaba ella, alegre como siempre, gentil como siempre, dinámica como siempre, tierna como siempre.

  Allí estaba ella, arrullada por el canto armónico de las aves vagabundas y acariciada por el aire puro de la montaña.

  Allí estaba ella, observando con singular concentración el vuelo cansado de las garzas y dilatando sus cansadas pupilas para enterrar su retina envejecida en el vientre del inmenso y maravilloso paisaje del Valle cibaeño.

 Allí estaba ella, desbordante de alegría, tanto que parecía que era ella la que año cumplía.

 Pero en las primeras horas de la mañana del día siguiente (domingo 16), un infarto fulminante y traicionero paralizó los latidos de su enfermo corazón, sembrado de tristeza, angustia y dolor el antes regocijado espíritu de unos parientes, en cuyas mentes jamás pudo anidarse la idea de que tan inesperado desenlace podría producirse inmediatamente después de la tan festiva y ya referida celebración.

Un día como hoy falleció ella, mi siempre inolvidable madre. Y murió como un pajarito: sin martirio, sin amargura, sin manifestaciones de dolor, en paz. Como sólo saben morir las almas nobles.

A veces mi mente admite que realmente hace casi tres décadas ella partió de este mundo y, en tal virtud, su tierna imagen maternal aparentemente se aparta de mi memoria; mas, de repente, como un torbellino, y en el momento menos esperado, la tengo más cerca que nunca, más viva que nunca, tan cerca y tan viva que parece que la veo, que me habla, besa y me abraza dulcemente. Es entonces cuando mi subconsciente trata de convencerme de que ella no ha muerto, que aún vive. Y es entonces cuando comprendo la grandeza o inmenso sentido profundo que entrañan los versos de nuestro siempre inmenso Manuel del Cabral:

Hay muertos que van subiendo,
cuanto más su ataúd baja…”

 Un día como hoy, hace ya veintiocho años, se materializó tan infausta y dramática partida; mas a todos nos parece que fue ayer, esto es, nos parece que aún vive. Y al percibirla así, siempre le diremos con las palabras del poeta:

“Eras sencilla y dulce; eras tan buena,
que nada para ti nunca pediste,
tu caudal de bondad lo repartiste,
con toda el alma de ternuras llena.”

Y así fue. Se trató de todo un caudal de bondad, amor, ternura, paz y comprensión lo que en vida ella supo repartir. Por eso, en un poema de elegíaco acento titulado "Así era mi abuela” (1997), compuesto un mes después de su muerte   por una de sus nietas (Claritsa Caba Rubio), cuando apenas tenía esta trece años de edad, en líricos, afectivos y conmovedores versos, afirma la nieta acerca de su abuela   lo siguiente:

«Fuiste negra como la noche, pero blanca,
como la superficie de una ola.

Y de esta manera continúa la entonces adolescente:

«Recuerdo tu sonrisa de niño,
tu juvenil carácter,
y tu alegría de madre realizada,
al ver tus hijos y tus nietos crecer.

Una tarde de sol oro celebramos tu despedida
y una mañana fría lloramos tu partida…»

Y ya para terminar, la nieta lanza un grito de angustiante despedida en un par de versos pletórico del más profundo y lacerante dolor:

¡Oh abuela cuánto te extrañaremos!
¡Te extrañaremos mucho, abuela!

Y como a ella, a su abuela,  a mi madre, todos la percibimos viva, veintiocho años después de su muerte no tengo más que decir con los versos del poema La intocada”, de Domingo Moreno Jimenes :

    «Es verdad que ha muerto;
 pero en mis actos está intacta,
pero en mis sueños está intacta,
pero en todas mis emociones está intacta...»

 Febrero16//2025

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