Por: Domingo
Caba Ramos
Al poeta Héctor J. Díaz (Azua,1910 – Nueva York, 1950) se le conoce más por sus sentimentales versos, la mayoría de los cuales entrañan amor, dolor y desamor,
como los contenidos en el más popular de
su cosecha poética : “Lo
que quiero” :
“Que nadie me conozca y que nadie me quiera,
que nadie se preocupe por mi triste
destino,
quiero ser incansable y eterno
peregrino,
que camina sin rumbo porque nadie le
espera…”
Versos en los que también late ese
sello estoico que tanto caracterizó la bohemia personalidad del destacado
declamador, trovador, locutor y poeta azuano, semejantes a los que conforman otro
de sus poemas, “Mi deceso”:
“Yo moriré, no importa. Me he dado mucho gusto,
he vivido mi vida siempre a cuerpo de
rey
ni me espanta el infierno ni del
cielo me asusto
he vivido la vida como chivo sin ley…”
Pero aparte de estos juegos románticos, Héctor
J. Díaz, incursionó en otro tipo de poesía de más compleja estructura y más
elevada esencia lírica. Así, en el género de la poesía negroide, supo crear
versos que nada tienen que envidiarles a los del gran maestro Manuel
del Cabral (1907- 1999), ni a los de su máximo exponente en Hispanoamérica: el
cubano Nicolás Guillén (1907 – 1989). Perteneciente a esta línea
poética, dos de sus composiciones son mucho más que ilustradoras: “Danza negra”
y “Enchumba bemba”.
DANZA NEGRA
«Yambo cantando y reyendo,
y van los tiempos pasando,
cruje el trapiche moliendo,
y Yambo andando y vagando.
Zumba las seis La concordia,
última carga e melaza,
y Yambo sorbe la escoria,
Con su chemba en la cachaza.
Pasa la negra…
la puchunga caderea,
la molienda de sus ancas,
conga que tumba y marea:
cremallera sin retrancas,
tunda de tam tam que manda,
dientes sobre carne conga,
masa de betún que anda,
sobre un charol que rezonga,
y Yambo canta y la nombra;
Bonsuá, Candelú, Gualdemba,
y se hace el cadillo alfombra,
dos congos bemba con bemba.
La noche se va durmiendo,
y la mañana llegando,
sigue el trapiche moliendo,
y Yambo
riendo y cantando,
Bonsuá, Candelú, Gualdemba,
melaza, gayumba, mambo,
noche a noche, bemba a bemba,
y Yambo canta que canta
»
ENCHUMBA
BEMBA
«Bemba la negra, danza la conga,
mientras la boca pulpa en cachimba,
tiembla la bemba cual fruta bomba,
rezando rito o pensando en timba.
Enchumba, bemba…
Enchumba, bemba…
Reza la negra, la danza muere,
sudor y sangre, betún de alfombra,
grillo y cocuyo, la noche hiere,
Enchumba. Bemba… Silencio y sombra »
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