sábado, 31 de mayo de 2025

COMUNICACIÓN TELEFÓNICA Y RELACIONES HUMANAS

Por: Domingo Caba Ramos

Todavía lo recuerdo. Cuando apenas iniciaba su gestión senatorial (2021), el popular cantante, Héctor Acosta, el Torito, con inocultable enfado se quejaba de que algunos ministros y otros funcionarios del incipiente gobierno de su partido, PRM, no le “cogían” o respondían sus llamadas telefónicas.  Tal situación originó que inicialmente las relaciones interpersonales entre el afamado merenguero y algunos de esos funcionarios no fueron las mejores.

Todo lo expresado en el párrafo anterior significa que nada es más sensible y difícil que crear y mantener unas armónicas o cordiales relaciones humanas a través de la comunicación telefónica. Numerosos son los factores que lo impiden: mala educación, yoísmo, ausencia de empatía, engreimiento, irrespeto y deficiente formación cívica, entre otros

 Para lograrlo, cuando se conversa vía telefónica, quizás convenga proceder teniendo siempre en cuenta, entre otras recomendaciones, las que a continuación se me ocurren :

1.      1. Cuando llame a alguien y este no responde, piense que ese alguien puede estar ocupado, durmiendo, enfermo, en un lugar sin señal o, simplemente, no puede hablar en ese momento. También puede deberse a que su teléfono esté dañado o sin carga. Suponer y afirmar, al respeto, el muy odioso e imprudente «Te llamé, pero no me cogiste la llamada», es proceder en forma ligera y no menos impresionista al construir un motivo cuya evidencia no siempre resulta posible aportarla.

2.     2. Nunca  suspenda la conversación con el interlocutor en línea, para conectarse con   la persona que de repente llama por otra línea. Es importante siempre tener en cuenta que, salvo casos de fuerza mayor, la preferencia de la comunicación telefónica le corresponde al primero que llamó, no al segundo.

3.     3. No es de buen gusto ni se corresponde con las más elementales normas de la cortesía y respeto marcar un número telefónico para iniciar un diálogo a distancia en el mismo momento en que de manera presencial usted conversa con una persona. ¿Qué va a ocurrir cuando la persona a quien llamó reciba y responda la llamada? Que la primera deberá entonces callarse, convirtiéndose así en un interlocutor secundario.   Quien yace a su frente es quien debe gozar del privilegio de su atención, no el que está en línea.

4.     4. Si usted llama a un  amigo, pariente o relacionado y alguien le responde diciéndole que no se encuentra, por favor, no insista. Tampoco exprese dudas ni mucho menos insinúe que no cree en lo que se le está diciendo. Usted no tiene pruebas para dudar o no creer, y aunque esté seguro de que el ser a quien llama realmente está presente, la delicadeza y la prudencia aconseja guardar silencio, terminar la llamada e intentar comunicarse más tarde.

5.     5. Si usted llama a un amigo, pariente o relacionado y este le responde diciéndole que «Voy a salir», «Estoy tratando un asunto…», «Tengo personas a mi lado», «En este momento no puedo hablar», «Te llamo más tarde…», etc., por favor, no insista, cállese y cierre cortésmente de inmediato. Tampoco responda de manera “seca” o proyectando una molestia reveladora de que usted no ha creído en la dificultad que se la ha dicho.

6.   6. Cuando reciba una llamada y no disponga de tiempo para hablar en ese momento, con inigualable cortesía, dígale a quien lo llamó que tan pronto como le sea posible le “devolverá la llamada”; pero por favor, llámela, no lo olvide.

7.      7. Por  más incómodo que se encuentre, nunca cierre de repente una llamada telefónica sin antes despedirse de su interlocutor. La cortesía y los buenos modales deben siempre sobreponerse en nuestras relaciones interpersonales y a cualquier incómodo estado emocional. Como dice el pueblo, «nunca le deje al otro la palabra en la boca»

8.      8. Cuando  llame y no le respondan, no permanezca con su teléfono timbrando sin límite de tiempo. Es preferible que a los tres timbrazos usted cierre y marque de nuevo. Si a los dos intentos la conversación no se logra, entonces inténtelo más tarde o pruebe con otra vía de comunicación.

9.      9. Sea empático y evite  parecer egocéntrico y ultranarcisista  presentándose extremadamente expresivo, verboso,  alegre y animado cuando usted desea hablar o quiere  que lo escuchen; pero muy lacónico, cortante, pesado, imprudente o casi mudo cuando a quien le interesa hablar no es a usted, sino al otro. Sentirse escuchado es el mejor regalo que un hablante puede recibir.

1    10. Por último, en la comunicación telefónica se recomienda proceder con sumo tacto, tomando en cuenta siempre el momento sicológico y en virtud de lo que nos dicta el sentido común. Eso permite saber a quién llamar, cuándo llamar, por qué tiempo llamar, qué responder en cada situación ,  el temperamento o perfil de la persona con la cual se habla y hasta el tono de voz del interlocutor, el cual puede traslucir depresión, desánimo, angustias,  problemas y todo lo que quite el deseo de hablar.

Permite saber que no es lo mismo el tiempo y la hora que disponemos para comunicarnos con un pariente o ser de confianza, que con otro de relación distante. Y permite, por fin, detectar la atmósfera sicológica que reina en el entorno de quien nos escucha para saber si vale la pena acortar, prolongar o suspender siempre amablemente la conversación.

¡Ay!, y lo más importante : autorevísese, y pregúntese cuál o cuáles de los defectos de la comunicación telefónica antes mencionadas lo afectan a usted en el uso cotidiano de la lengua.

 

 

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