domingo, 1 de junio de 2025

FERIAS DE VEHÍCULOS EN EL GRAN TEATRO DEL CIBAO : UNA VERGUENZA NACIONAL

Por : Domingo Caba Ramos

El gran Teatro del Cibao cumplirá en agosto próximo treinta años de fundado. Fue inaugurado específicamente el 16 de agosto de 1995 por su gestor y entonces presidente de la república, Dr. Joaquín Balaguer.

Considerada la segunda sala teatral de mayor prestigio de la República Dominicana, cuando se anunció su construcción, aún lo recuerdo, fueron muchas las voces que se levantaron para oponerse a esta. Se alegaba que era inconcebible invertir casi cien millones de pesos en la creación de un centro artístico en un país en el que faltaban aulas en las escuelas y medicinas en los hospitales. Y que, en vez de gastar ese dinero en un majestuoso teatro, era preferible invertirlo en la construcción de nuevas escuelas o en la compra de medicamentos y equipos médicos para nuestros hospitales. Yo, por el contrario, nunca lo entendí así; y, en tal virtud, defendí ciegamente el proyecto.

Y lo apoyé por dos razones:

Primero, porque estaba seguro de que si el teatro no se construía, los hospitales continuarían sin medicinas y las escuelas sin aulas; razón por la cual, yo prefería ver convertido en realidad el teatro y no el monto de su inversión en los bolsillos de dos o tres funcionarios o dirigentes del Partido Reformista. Por esa razón, no cesaba de proclamar de manera enfática: «Déjenme mi teatro.»

Segundo, porque  soñaba y creía ingenuamente que una vez establecido el Gran Teatro del Cibao, Santiago y la región cibaeña contarían con una auténtica sala de arte en la que de manera permanente se desarrollaría un programa de actividades que comprendería la puesta en escena de grandes obras teatrales, impresionantes conciertos sinfónicos y de intérpretes famosos, nacionales e internacionales, espectáculos de ballet, tanto clásico como contemporáneo, exposiciones pictóricas y de otras muestras artísticas. En fin, pensé que el Gran Teatro del Cibao habría de convertirse en el espacio idóneo para la realización de cuantas actividades contribuirían a la promoción de la educación, el arte y la cultura, entre las que, entre otras, no podrían faltar las ferias de libros. Un espacio en el que solo las expresiones exclusivamente artísticas y culturales tendrían cabida.

Pero amargamente debo reconocer que fallé en mi pronóstico.

En los años primeros de su fundación, en el Gran Teatro del Cibao todo parecía que iba operando acorde con la naturaleza de un templo del arte; mas, de repente, todo empezó a cambiar. En su área externa, anualmente la Cámara de Comercio y Producción de Santiago organizaba su famosa feria de promoción comercial mejor conocida como Expo Cibao, una feria multisectorial cuyos mercantiles propósitos distan mucho de lo artístico. Y todos los años, hasta fecha, la Asociación Nacional de Agencias Distribuidoras de Vehículos (ANADIVE) y la Asociación de Dealers del Cibao utilizan el mismo espacio para exhibir y promover la venta de vehículos.

En cuanto al desarrollo sostenido y permanente de un programa de actividades de alta calidad artística, puede afirmarse que brilla por su ausencia.

Como vivimos en una sociedad y en una posmodernidad en la que todo lo irregular se defiende, justifica y percibe regular, no me extraña si al leer estas notas alguien, con falaz y sofístico acento, diga que nada tiene de malo y criticable la práctica de utilizar los jardines de un centro artístico de alto nivel para exhibir, promover y vender vehículos. De suceder así, a mí no quedaría más que ripostar afirmando en forma convencida y contundente: «Exhibir, promover y vender vehículos en el área del Gran Teatro del Cibao o de cualquier otro centro de igual naturaleza, es simple y llanamente una vergüenza nacional…». Y así lo considero, por cuanto pone de manifestó el aldeanismo y subdesarrollo cultural del pueblo dominicano.

Ya me imagino una feria vehicular en artísticos centros mundiales tan famosos como el Teatro de la Scala de Milán (Italia), el Teatro Nacional de Múnich (Alemania), el Palacio de Bellas Artes, (México), El Palacio de las Artes (Valencia), Gran Teatro del Liceo (Barcelona) y Teatro Colón (Argentina), entre otros.

Ni pensarlo…

 

 

 

sábado, 31 de mayo de 2025

COMUNICACIÓN TELEFÓNICA Y RELACIONES HUMANAS

Por: Domingo Caba Ramos

Todavía lo recuerdo. Cuando apenas iniciaba su gestión senatorial (2021), el popular cantante, Héctor Acosta, el Torito, con inocultable enfado se quejaba de que algunos ministros y otros funcionarios del incipiente gobierno de su partido, PRM, no le “cogían” o respondían sus llamadas telefónicas.  Tal situación originó que inicialmente las relaciones interpersonales entre el afamado merenguero y algunos de esos funcionarios no fueron las mejores.

Todo lo expresado en el párrafo anterior significa que nada es más sensible y difícil que crear y mantener unas armónicas o cordiales relaciones humanas a través de la comunicación telefónica. Numerosos son los factores que lo impiden: mala educación, yoísmo, ausencia de empatía, engreimiento, irrespeto y deficiente formación cívica, entre otros

 Para lograrlo, cuando se conversa vía telefónica, quizás convenga proceder teniendo siempre en cuenta, entre otras recomendaciones, las que a continuación se me ocurren :

1.      1. Cuando llame a alguien y este no responde, piense que ese alguien puede estar ocupado, durmiendo, enfermo, en un lugar sin señal o, simplemente, no puede hablar en ese momento. También puede deberse a que su teléfono esté dañado o sin carga. Suponer y afirmar, al respeto, el muy odioso e imprudente «Te llamé, pero no me cogiste la llamada», es proceder en forma ligera y no menos impresionista al construir un motivo cuya evidencia no siempre resulta posible aportarla.

2.     2. Nunca  suspenda la conversación con el interlocutor en línea, para conectarse con   la persona que de repente llama por otra línea. Es importante siempre tener en cuenta que, salvo casos de fuerza mayor, la preferencia de la comunicación telefónica le corresponde al primero que llamó, no al segundo.

3.     3. No es de buen gusto ni se corresponde con las más elementales normas de la cortesía y respeto marcar un número telefónico para iniciar un diálogo a distancia en el mismo momento en que de manera presencial usted conversa con una persona. ¿Qué va a ocurrir cuando la persona a quien llamó reciba y responda la llamada? Que la primera deberá entonces callarse, convirtiéndose así en un interlocutor secundario.   Quien yace a su frente es quien debe gozar del privilegio de su atención, no el que está en línea.

4.     4. Si usted llama a un  amigo, pariente o relacionado y alguien le responde diciéndole que no se encuentra, por favor, no insista. Tampoco exprese dudas ni mucho menos insinúe que no cree en lo que se le está diciendo. Usted no tiene pruebas para dudar o no creer, y aunque esté seguro de que el ser a quien llama realmente está presente, la delicadeza y la prudencia aconseja guardar silencio, terminar la llamada e intentar comunicarse más tarde.

5.     5. Si usted llama a un amigo, pariente o relacionado y este le responde diciéndole que «Voy a salir», «Estoy tratando un asunto…», «Tengo personas a mi lado», «En este momento no puedo hablar», «Te llamo más tarde…», etc., por favor, no insista, cállese y cierre cortésmente de inmediato. Tampoco responda de manera “seca” o proyectando una molestia reveladora de que usted no ha creído en la dificultad que se la ha dicho.

6.   6. Cuando reciba una llamada y no disponga de tiempo para hablar en ese momento, con inigualable cortesía, dígale a quien lo llamó que tan pronto como le sea posible le “devolverá la llamada”; pero por favor, llámela, no lo olvide.

7.      7. Por  más incómodo que se encuentre, nunca cierre de repente una llamada telefónica sin antes despedirse de su interlocutor. La cortesía y los buenos modales deben siempre sobreponerse en nuestras relaciones interpersonales y a cualquier incómodo estado emocional. Como dice el pueblo, «nunca le deje al otro la palabra en la boca»

8.      8. Cuando  llame y no le respondan, no permanezca con su teléfono timbrando sin límite de tiempo. Es preferible que a los tres timbrazos usted cierre y marque de nuevo. Si a los dos intentos la conversación no se logra, entonces inténtelo más tarde o pruebe con otra vía de comunicación.

9.      9. Sea empático y evite  parecer egocéntrico y ultranarcisista  presentándose extremadamente expresivo, verboso,  alegre y animado cuando usted desea hablar o quiere  que lo escuchen; pero muy lacónico, cortante, pesado, imprudente o casi mudo cuando a quien le interesa hablar no es a usted, sino al otro. Sentirse escuchado es el mejor regalo que un hablante puede recibir.

1    10. Por último, en la comunicación telefónica se recomienda proceder con sumo tacto, tomando en cuenta siempre el momento sicológico y en virtud de lo que nos dicta el sentido común. Eso permite saber a quién llamar, cuándo llamar, por qué tiempo llamar, qué responder en cada situación ,  el temperamento o perfil de la persona con la cual se habla y hasta el tono de voz del interlocutor, el cual puede traslucir depresión, desánimo, angustias,  problemas y todo lo que quite el deseo de hablar.

Permite saber que no es lo mismo el tiempo y la hora que disponemos para comunicarnos con un pariente o ser de confianza, que con otro de relación distante. Y permite, por fin, detectar la atmósfera sicológica que reina en el entorno de quien nos escucha para saber si vale la pena acortar, prolongar o suspender siempre amablemente la conversación.

¡Ay!, y lo más importante : autorevísese, y pregúntese cuál o cuáles de los defectos de la comunicación telefónica antes mencionadas lo afectan a usted en el uso cotidiano de la lengua.

 

 

domingo, 25 de mayo de 2025

UN HIMNO A LAS MADRES POCO CONOCIDO EN NUESTRO PAÍS

Por : Domingo Caba Ramos

Cuando se habla del Himno a las madres, acto seguido aflora a nuestra mente el compuesto por doña Trina de Moya (1863 -1941) : «Venid los moradores…». Se trata este de unos de los himnos más bellos y de mayor hondura lírica que se ha compuesto en la literatura dominicana. Sin embargo, existe otro himno dedicado a ese ser grandioso que muy pocos dominicanos y estudiantes de la nueva generación conocen. Me refiero al compuesto por Ramón Emilio Jiménez (1886 -1970), autor de los famosos cantos patrióticos contenidos en su muy citado libro La patria en la canción (1933).
Se trata de un canto que, si bien no entraña la misma belleza e intensidad sentimental del de Trina de Moya, en su contenido profundo late ese sentimiento de amor y respeto a la madre. Y acerca de esta, el poeta también describe su amor, ternura, dulzura, heroísmo y el sacrificio de que ella es capaz para conducir a sus hijos por las rutas del bien y del progreso, no solo personal, sino social.
Recuerdo que cuando yo ejercía como director de escuela pública, en los actos que organizábamos con motivo del Día de las madres, uno y otro himno eran cantados con mucha emoción por los alumnos. No sé si este día, así como las fechas patrias, todavía se celebran en la escuela dominicana. Las letras del himno que hasta aquí he comentado son las siguientes
HIMNO A LAS MADRES
Letras : Ramón Emilio Jiménez
«Son para cantarte, madre generosa
pálidas las voces, débil la expresión
no ha dado la tierra vida más heroica:
no eres criatura, eres creación.
El sol en tus ojos, repartido el orbe,
en las dos mitades de tu pecho en flor;
la miel de tus labios que la dicha absorbe,
la tierra en tus brazos, el cielo en tu amor.
En tus heroísmos has sacrificado,
para que nos baje del cielo la luz,
tu amoroso pecho divino, elevado,
en tus mismos abrazos abiertos en cruz»
Eres la piadosa sombra en el camino
por donde viajamos de la dicha en pos,
lucero en la noche de nuestro destino,
puente de esperanzas entre el mundo y Dios»

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sábado, 24 de mayo de 2025

LAS SOMBRAS DE LAS PALABRAS

Por : DOMINGO CABA RAMOS

En una poética conceptualización titulada «La palabra», Pablo Neruda (1904-1973), afamado poeta chileno y Premio Nobel de Literatura (1971), destaca en forma genial el valor e importancia de la lengua española como instrumento de comunicación en el mundo hispanoamericano a partir de su llegada a este el 12 de octubre de 1492. Pero en vez de referirse a la lengua que a las nuevas tierras descubiertas trajeron los hombres que acompañaron a Colón en la llamada hazaña colombina, Neruda, como buen poeta, prefiere hablar de “la palabra”. Y así inicia su muy citado y constructivo texto:

«Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan…»

A la luz de la práctica comunicativa en la República Dominicana o maneras como se emplea la palabra, especialmente en los medios de comunicación, ciertamente tuvo mucha razón el autor de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924).

Son las palabras emitidas “las que suben y bajan…”. Las que suben y bajan la fe, la esperanza y la autoestima de la gente.  Las que suben y bajan la reputación o imagen moral de la gente. Las que suben y bajan el espíritu de superación de las personas. Las que suben y bajan la motivación de la gente.  Las que suben y bajan el deseo de vivir de la gente. Las  que  suben a un mandatario al solio presidencial, pero también las que lo  bajan de allí…

Y continúa  diciendo Neruda  :«Todo está en la palabra…»

Así es. La palabra es el motor que impulsa todo nuestro quehacer existencial. «Todo está en la palabra …»: lo bueno y lo malo; lo positivo y lo negativo; el progreso y el atraso; la verdad y la mentira; la noble intención y la intención perversa; la alegría y la tristeza; la vida y la muerte; la guerra y la paz… En fin, la existencia misma es una acto de palabra

Según el muy citado y leído poeta, las palabras «Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces…»

Y valdría preguntarse, ¿   cuáles son esas palabras que al decir del bardo chileno poseen sombra? 

Tienen sombra, a mi decir, las palabras que difaman o injurian en vez de alabar; las que ocultan en vez de manifestar; las que destruyen en vez de construir; las que engañan en vez de transmitir la verdad; las que denigran, humillan o laceran dignidades ajenas en vez de exaltarlas; las que unen en vez de dividir; las que ofenden en vez de reconocer; las que enfrentan en vez de pacificar; las que exacerban en vez de suavizar; las que debilitan en vez de robustecer; las que golpean en vez de acariciar y las que murmuran o critican en vez de orientar.

Merced a lo antes expresado, se infiere que en el uso cotidiano de la lengua lo ideal y pertinente sería evitar las palabras preñadas de sombras y en su lugar emplear aquellas pletóricas de transparencias; pues solo estas permiten estrechar las relaciones humanas y al mismo tiempo contribuir al desenvolvimiento o desarrollo de un mundo cada vez mejor.

 

 

 

 

EN TORNO A LA ORTOGRAFÍA Y SU ENSEÑANZA


Por: Domingo Caba Ramos

La Ortografía es la disciplina lingüística que se ocupa de describir y explicar las normas que regulan la correcta escritura de la lengua.  Regula la Ortografía el modo correcto de escribir, es decir, el buen uso de los signos gráficos dentro de la palabra. 

Esa regulación apunta hacia el logro de un magno propósito: la unidad de la lengua. De no existir un código ortográfico compuesto por reglas claras y precisas que rijan el uso del idioma, inevitable resultaría la fragmentación de este, por cuanto en cada comunidad lingüística se establecerían normas sectoriales y se escribiría atendiendo a sus particularidades fonéticas, generándose así un verdadero caos comunicativo.  De ahí que se haya escrito con sobrada razón que «… la ortografía representa el pilar de la unidad de la lengua».

Los problemas ortográficos siempre han existido, existen y existirán a través del tiempo. Borra este juicio la falsa creencia de que la solución de tales problemas se origina, inicia y termina en los niveles básicos y medio del proceso educativo, y que, por esa razón, al ascender al nivel superior, los alumnos nada o muy poco tienen que aprender; pero nada más distanciado de la realidad.

Comprobado está que nuestros estudiantes universitarios y, peor aún, los profesionales egresados de los centros de estudios superiores, conservan y muestran notables deficiencias ortográficas, como bien se puede apreciar en la nota que un ingeniero industrial, hace ya varios años,  vía correo electrónico remitió a su personal subalterno, cuando laboraba en una de las empresas pertenecientes a un prestigioso grupo empresarial de la ciudad de Santiago de los Caballeros. El texto de la referida nota decía así:

« La reunion se llebará a cabo a la cinco de la tarde en el salon de conferencia y en ella trataremos asuntos muy inportante para la compañia y para todos los empleado…»

¿Qué significa eso?

Que ciertamente las fallas ortográficas se mantienen, no siempre se superan o quedan definitivamente resueltas en los diferentes niveles de la educación formal. Y que si tales anomalías son continuas y permanentes, el aprendizaje y la enseñanza para superarlas deben ser también procesos continuos y permanentes.

En la enseñanza de la ortografía, la teoría jamás deberá imponerse a la práctica, y en lugar del memorismo expositivo, insustancial y carente de aplicación, deberá siempre prestigiarse la ejercitación abundante y constante, programada siempre en función del uso cotidiano de la lengua en la praxis de la escritura. Como bien lo afirma el afamado investigador, maestro y lingüista puertorriqueño, doctor Humberto López Morales:

  «Al enseñar ortografía se corre el riesgo de quedarse en formulaciones teóricas. Siempre es una tentación para todo autor el ofrecer un elaborado corpus de doctrina, olvidando o relegando la praxis a una mínima expresión…» (Enseñanza de la lengua materna, 1986, p.11)

 Entiende López Morales que en la enseñanza de la Ortografía, de ningún modo debe perseguirse «que el alumno aprenda cosas sobre Ortografía, sino que aprenda la Ortografía…», y que la incorporación del código ortográfico a la competencia comunicativa escrita del hablante solo se logra mediante la formación de hábitos y abundante ejercitación. En tal virtud, cuando de las reglas ortográficas se trata, más que repetirlas de manera mecánica, conviene que se infieran a partir de textos dados; pues solo así su enseñanza puede resultar más concreta, dinámica, interesante y productiva y, por ende, menos abstracta, monótona o carente por completo de sentido. ¿Por qué?

Porque en el proceso enseñanza – aprendizaje la práctica ha demostrado que regla ortográfica que se memoriza mecánicamente, es regla que nunca se aplica y pronto se olvida, por cuanto el estudiante no logra internalizarla; mientras que la regla que se infiere, es regla que se interioriza y transfiere en forma constructiva en el acto de la escritura.

Pedagógicamente está más que comprobado que el no hábito de lectura constituye una de las principales causas que originan las faltas ortográficas. Que a escribir correctamente aprendemos cuando internalizamos en nuestros cerebros la imagen gráfica de esos dibujitos llamados letras. Y ese proceso de familiarización o fijación de los rasgos físicos de las palabras sólo es posible lograrlo a través de la lectura constante. O, lo que es lo mismo, a mayor actividad lectora, mayor calidad de la escritura. Significa esto que, en la enseñanza de la Ortografía, la lectura debe ser pues utilizada como acertado recurso metodológico necesario para el logro de un aprendizaje efectivo.

 Se trata de un enfoque integrador que genera apreciables resultados, pues  aparte  de  fijar las normas que pautan el uso de los signos gráficos que conforman la escritura, la enseñanza de la ortografía basada en lectura de textos diversos,  desarrolla hábitos positivos de lectura, contribuye al desarrollo del léxico, incrementa la competencia lingüística y comunicativa, propicia la comprensión del contenido contextual de las palabras y permite el uso de estas  cada vez con mayor propiedad,  precisión y claridad.

(Diario Libre. mayo 16, 2025)

lunes, 12 de mayo de 2025

¡SALVE, DON FELIPE!


Un día como hoy, 12 de mayo de 1935, nació en el municipio Bajos de Haina, provincia San Cristóbal. Un día como hoy se aposentó en este complicado, pero ansiado mundo de los vivos esa gloria del deporte dominicano llamada FELIPE ROJAS ALOU, un atleta al cual siempre he respetado y admirado por las condiciones atléticas y humanas que tipifican su ser, y a las que parte de las cuales aludo en el artículo (Listín Diario 27/11/92) que más abajo me permito compartir, con motivo del cumpleaños número noventa del hoy anciano y siempre digno ciudadano. El texto completo del antes citado artículo es el siguiente :


DON FELIPE ROJAS ALOU

Por: Domingo Caba Ramos
“Hay gente que no respeta la estatura de los años”
(Felipe Rojas. Alou)
La frase que introduce el presente artículo la pronunció el destacado jugador y manager dominicano que hoy ocupa nuestra atención, un tanto incómodo por supuesto, al ser entrevistado minutos después que los Leones del Escogido se coronaran campeones de la Liga Dominicana de Béisbol Profesional (1991-92). Y la misma fue externada para censurar la acre actitud asumida por los cronistas y fanáticos que no desmayaron en cuestionar su método de dirección en el desafortunado instante en que el combativo equipo escarlata mordía el polvo amargo del sótano.
Nació en Haina, su bien amada y jamás olvidada patria chica. Nació en el vientre del gran cañaveral, importunado por el olor penetrante del guarapo, acariciado por el viento tibio del ingenio y arrullado por el eco tormentoso de ese “brusco tropel de raíles” de que nos habla el poeta.
Dominicano aquí y allá, atleta a tiempo completo y caballero a carta cabal, triunfó como lanzador de jabalinas, extraña disciplina deportiva en la que llegó a ostentar el título de Campeón Nacional.
Como manager, conviene reiterarlo, ha triunfado en más de una oportunidad. Y ello ha sido posible no sólo por la vasta experiencia y amplios conocimientos que en materia de béisbol posee el exjabalinero, jardinero y dirigente criollo. Ha triunfado y triunfará:
Porque sabe dirigir y sacarles el máximo a sus jugadores.
Porque, cual veterano administrador, sabe orientar, reconocer, estimular, incentivar, brindar confianza, otorgar oportunidades, actuar con firmeza y conceder un trato justo a sus dirigidos.
Porque nunca ha encontrado espacio en su comportamiento dirigencial la muy odiosa y no menos rentable práctica de humillar, vejar u ofender tanto en obra como en palabras al equipo humano bajo su dependencia.
Triunfó, en fin, porque es un verdadero líder y el jefe ideal que demandan los tiempos modernos.
A él todos se solazan en identificarlo con el afectivo sobrenombre de el “PANQUÉ DE HAINA”. Yo, por mi parte, prefiero llamarlo con merecida deferencia:
Don Felipe Rojas Alou.
(Listín Diario: 27 - 11 - 92)

«IMPORTANTIZAR», «APERTURAR», «RESOLUTAR» Y OTRAS VERBALIZACIONES EN EL HABLA DOMINICANA.


Por : Domingo Caba Ramos

«No siempre lo primero es lo mejor que acude a la pluma. Si no se vigila el espíritu, si no lo fuerza a esmerarse, suele segregar trivialidades…»


(Manual del español urgente)

El verbo forma parte de las llamadas categorías formales o gramaticales del discurso  . Se caracteriza por su función esencialmente predicativa, expresa la actitud síquica del hablante y sitúa la significación, mediante sus tiempos, en el presente, en el pasado y en el futuro.

El idioma español, como toda lengua, cuenta con lo que bien podría denominarse su “menú” de verbos, el cual yace contenido en el diccionario y otros  textos académicos publicados por la Real Academia Española (RAE);pero al margen de este “menú”, y en virtud del proceso de evolución de la lengua, de la masificación lingüística y esa  demostrada capacidad que poseen  los hablantes dominicanos para verbalizar o crear voces léxicas, cada cierto tiempo  surgen nuevas formas verbales, resultados, casi siempre, de la conversión de nombres y adjetivos en verbos (Verbalización), muy especialmente en la expresión oral.

Como gestores y promotores de esas realizaciones hay que situar en primer plano a los comunicadores sociales, políticos, tecnócratas y administradores del Estado. De ahí que en el español dominicano no resulte extraño leer o escuchar construcciones verbales tales como “correccionalizar” , “aperturar”, “importantizar”,  “resolutar”, “cueriar” y “abrochar” , entre otras

La Agencia EFE, en su bien pensado y consultado Manual del español urgente (1995), dice al respecto lo siguiente:

«No es buena la actitud de muchos periodistas que escriben con absoluta despreocupación, sin preguntarse jamás si será razonable su manera de escribir; que cifran su ideal en el empleo de palabras recién oídas o leídas plenas de “modernidad”; que las forjan al buen tuntún; que les hacen decir lo que no significan; que se aferran a ciertos vocablos como si no existieran otros, y que aún muestran mayor desenfado con la sintaxis. En gran medida, la comunicación periodística se realiza hoy gracias a que el lector suple la información defectuosa que se le sirve, y, si no puede suplirla, malentiende o entiende a medias. Hay que insistir en el consejo de releer y corregir reflexivamente antes de transmitir» (p. 18)

Si se procediera acorde con lo planteado en la cita antes transcrita, en lugar de “aperturar”, por ejemplo, lo más apropiado hubiera sido decir “abrir”; “emitir la resolución”, en vez de “resolutar” , “dar importancia”, en vez de “importantizar” y “comer”, en vez de “abrochar”

jueves, 1 de mayo de 2025

LA ESCUCHA ACTIVA, EL PAPA FRANCISCO Y EL «APOSTOLADO DE LA OREJA»


Por : DOMINGO CABA RAMOS

«En efecto, estamos perdiendo la capacidad de escuchar a quien tenemos delante, sea en la trama normal de las relaciones cotidianas, sea en los debates sobre los temas más importantes de la vida civil»

(Papa Francisco)

La escucha activa es el acto mediante el cual escuchamos con plena concentración, conciencia e interés el mensaje emitido por quien habla. En tal virtud, cuando escuchamos de manera activa no solo mostramos interés por el mensaje percibido, sino también respeto e interés por la persona o sujeto que lo emite.

Son diversas las prácticas comunicativas que afectan la escucha activa. Entre otras:

No prestar atención a quien nos habla, interrumpir constantemente al interlocutor, escuchar de manera no empática, hablar más de lo que se escucha, prestar menos atención a lo que se escucha que a la idea que se pretende comunicar, hablar al mismo tiempo que la persona a quien se escucha, exhibir un comportamiento no verbal negativo y escuchar para responder, no para comprender.

Vistas las prácticas precitadas, se infiere necesariamente que la escucha activa, en el uso cotidiano de la lengua, se encuentra en crisis, no solo en la República Dominicana, sino también en el mundo hispanohablante, así como en otros entornos comunicativos del universo. Quizás por esa razón, el fallecido papa Francisco promovió lo que de manera un tanto coloquial él denominó “Apostolado de la oreja”.

Ese "Apostolado de la oreja o del oído", cuyos conceptos resultantes coinciden casi en todas sus partes con los expuestos por José Martínez Ruiz, Azorín, (1873 – 1967), en el texto «Mañas en el escuchar», de su libro El político (1946), pone de manifiesto la gran importancia que tiene el acto de escuchar de manera activa a los demás, especialmente a los más sufridos o menos favorecidos. No se limita esta práctica a la física percepción de mensajes a través del oído, sino a escuchar con el corazón, con empatía y el humano propósito de comprender las necesidades y sentimientos de los demás. De ahí que en un mensaje dirigido a la niñez recomienda el Sumo Pontífice lo siguiente:

«Queridos chicos y chicas: Una de las cosas más importantes de la vida es aprender a escuchar. Cuando una persona te hable, esperar a que termine para entenderlo bien. Y luego, si te escuchó, puedes decir algo; pero escuchar es importante. ¡Miren bien! La gente, la gente no escucha, y eso no ayuda a la paz…»

Los postulados que conforman la propuesta comunicativa del papa Francisco, contenida en su «Apostado de la oreja», bien pueden resumirse como sigue:

1.    «Lo más difícil es escuchar, porque mientras el otro me está hablando yo estoy pensando en lo que le voy a decir. Escucharlo tranquilo y después, lo que sentís decirlo.  Escuchar… El apostado de la oreja, por favor, no se nos olvide».

 Al respecto, afirma Azorín lo siguiente: «Una de las artes más difíciles es saber escuchar. Cuesta mucho hablar bien; pero cuesta tanto el escuchar con discreción»

2.    «Es necesario expresarse entendiendo que hay otros que también esperan poder hacer oír su voz. No tomarse la palabra como si se fuera el único que necesita ser escuchado».

Lo mismo que Francisco, dice Azorín: «Entre todos los que conversan, unos no conversan, es decir, se lo hablan ellos todo; toman la palabra desde que os saludan y no la dejan…»

3.    «En realidad, en muchos de nuestros diálogos no nos comunicamos en absoluto. Estamos simplemente esperando que el otro termine de hablar para imponer nuestro punto de vista».

Lo anterior, justamente, es lo que otras palabras plantea Azorín cuando al describir el último de los tres tipos de conversadores por él propuestos afirma que: Finalmente, unos terceros, si callan, están inquietos, nerviosos, sin escuchar lo que decís y atentos sólo a lo que van ellos a replicar cuando calléis”

4.    «Se debe escuchar con los oídos del corazón»

5.    «La mayor necesidad de los seres humanos es el deseo ilimitado de ser escuchados»

6.    «El hombre tiende a huir de la relación, a volver la espalda y cerrar los oídos para no tener que escuchar»

7.    «El negarse a escuchar termina a menudo por convertirse en agresividad hacia el otro»

8.    «En situaciones menos difíciles, la escucha requiere siempre la virtud de la paciencia, junto con la capacidad de dejarse sorprender por la verdad»

9.    «Sólo prestando atención a quién escuchamos, qué escuchamos y cómo escuchamos podemos crecer en el arte de comunicar…»

10. «Todos tenemos oídos, pero muchas veces, incluso quien tiene un oído perfecto, no consigue escuchar a los demás. Existe realmente una sordera interior peor que la sordera física. La escucha, en efecto, no tiene que ver solamente con el sentido del oído, sino con toda la persona. La verdadera sede de la escucha es el corazón»

11. «Lo que hace la comunicación buena y plenamente humana es precisamente la escucha de quien tenemos delante…»

12. «Lamentablemente, la falta de escucha, que experimentamos muchas veces en la vida cotidiana, es evidente también en la vida pública, en la que, a menudo, en lugar de oír al otro, lo que nos gusta es escucharnos a nosotros mismos»

13.  «La buena comunicación no trata de impresionar al público con un comentario ingenioso dirigido a ridiculizar al interlocutor, sino que presta atención a las razones del otro y trata de hacer que se comprenda la complejidad de la realidad»

Quien desee formarse una idea acabada acerca de las reales razones que impulsaron al papa Francisco a promover su famoso «Apostolado de la oreja» y a yo sostener que la escucha activa se encuentra en crisis, solo tiene que sintonizar un programa de opinión en cualquier canal de televisión o estación de radio de la República Dominicana, y es posible que sea testigo del desagradable espectáculo de escuchar hasta cinco comunicadores hablando al mismo tiempo.


 


 

 

 

 


 

sábado, 12 de abril de 2025

A LOS EMPLEADOS SIN NOMBRE

 Por : Domingo Caba Ramos

 En relación con el trágico caso de la Discoteca Jet Set, valdría preguntarse: ¿Ningún empleado falleció, o solo fallecieron los clientes, en su mayoría de privilegiados niveles socioeconómicos, que allí estaban presentes? Esto último parece ser así, pues de los primeros nada dicen las crónicas periodistas. Ante tan clasista y excluyente silencio, a la pantalla de mi memoria saltan a la vista los clásicos versos del poema «A los héroes sin nombre», del llamado poeta de los humildes, Federico Bermúdez:

A LOS HÉROES SIN NOMBRE
Por Federico Bermúdez (1884 -1931)

Vosotros, los humildes, los del montón salidos,
heroicos defensores de nuestra libertad,
que en el desfiladero o en la llanura agreste,
cumplisteis la orden brava de vuestro capitán.

Vosotros, que con sangre de vuestras propias venas,
por defender la patria manchasteis la heredad,
hallasteis en la lucha la muerte y el olvido:
la gloria fue, absoluta, de vuestro capitán.

 Cuando el cortante acero del enemigo bando,
cebó su torpe furia en vuestra humanidad,
y fuisteis el propicio legado de la tumba,
sin una cruz piadosa ni un ramo funeral,
también a vuestros nombres cubrió el eterno olvido:
¡tal sólo se oyó el nombre de vuestro capitán!

Y ya, cuando a la cumbre de la soñada gloria,
subió la patria ilustre que fue vuestro ideal,
en áureos caracteres la historia un homenaje,
rindió a la espada heroica de vuestro capitán.

Dormidos a la sombra del árbol del olvido,
¡quién sabe en dónde el resto de vuestro ser está!,
vosotros, los humildes, los del montón salidos,
sois parias; en la liza, con sangre fecundáis,
el árbol de la fama que da las verdes hojas,
para adornar la frente de vuestro capitán...

Vosotros, los humildes, los del montón salidos,
heroicos defensores de nuestra libertad,
que en el desfiladero o en la llanura agreste,
cumplisteis la orden brava de vuestro capitán»