(Con motivo de su cumpleaños)
Por : Domingo Caba Ramos
«Ella es carne de mi vida / flor de mi pensamiento / cemento de mi alma»
(Domingo Moreno Jiménez)
Del “Poema a la hija reintegrada”)
Mi adorado Manojito:
Desde que naciste, así siempre te he llamado. Y así siempre te llamaré. Porque así siempre te concebiré. Aunque hoy esté más grande que ayer.
Más mujercita que ayer. Más «Manojito» que ayer. Pero tan bella y tierna como
ayer.
Un día como hoy, 1 de agosto, hace
ya doce años, decidiste integrarte a este complejo; pero deseado mundo de los
vivos. Un mundo, mi niña, en el que abundan las luces y las sombras, lo bueno y
lo malo, las flores y las espinas, los golpes y las caricias. En fin, un mundo
en cuyos caminos encontrarás muchas oportunidades que en el futuro sé habrás de
aprovechar, y de dificultades que muy seguro estoy que habrás de enfrentar y
vencer. Toda la vida tú serás mi Pequeño Manojito de Ternura.
Un día como hoy, mi Nicol,
llegaste a imprimirle
sentido a mi vida y a iluminar con tu dulce presencia los senderos de mi
existencia.
No puedo
olvidar, sin que la alegría invada todo mi ser, el momento justo en que se me
informó sobre tu nacimiento: «Ya nació,
esta es la tuya…» - se le escuchó decir, en la sala de parto, llena de
emoción, a tu tía Gina o querida Princesa, como tú amorosamente la llamas.
No supe qué
hacer. Por un momento quedé en el limbo. Una gruesa lágrima rodó por mi cuerpo,
las piernas me temblaron y, sin pensarlo dos veces, tuve que sentarme. Fue
entonces cuando recordé los versos del poeta (Moreno Jimenes), y con estos
ordené, con fuerza, pero en silencio:
«Tibien la leche
terciada con agua,
para si mi chiquitina despierta.
Cuídenmela, hasta que se vuelva esperma,
como capullo inmortal el cuidado.
Ella es carne de mi vida,
flor de mi pensamiento,
cemento de mi alma.»
Y ahora que
tan grande y hermosa te veo, tampoco se apartan de la pantalla de mi mente
paterna los versos de la popular canción «Chiquita mía»:
«Que hermoso el milagro de verte crecer,
y disfrutar tus tiernas travesuras,
y cuidar con amor de tu indefenso ser,
Pequeño Manojito de Ternura…»
Ni tampoco las muy paternales letras de la canción «Luisa María», la que de haber sido yo el autor, la hubiera
titulado «Nicol María» :
«Luisa maría ahora,
se vuelve mujer,
se vuelve más
hermosa que el atardecer,
ha cumplido otro año,
va subiendo el peldaño,
que la hará florecer…»
Espero que así siempre seas. Que
como lo hiciste durante el año escolar que hace poco terminó, de nuevo resulte
mensualmente distinguida como la mejor estudiante de tu curso. Que como bien le
comunicaste a tu mami, superes a tu papi en el número de reconocimientos
recibidos. Para alegría y orgullo de tu
padre, de tu madre, de tu hermana, de tus tíos y primos y de todos los que te
queremos. Es la mejor forma de ser siempre honrada, bella y elegante.
Sí, mi hijita del alma. Dije
bella y elegante, pues con las palabras del poeta y patriota cubano José Martí,
a ti debo decirte que la grande y
verdadera elegancia de una niña o mujer no está en el costo ni en la elegancia
del vestido, sino «en la altivez y
fortaleza del alma».
Que «Un alma honrada, inteligente y libre –le dice el poeta a su también
adorada hija y niña María Montilla - da
al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de
las tiendas…».
Que «Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho
afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco. Quien siente su
belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada: se sabe
hermosa, y la belleza echa luz…»
Ojalá que las sabias palabras de
Martí siempre las tengas presentes y guíen tu conducta hoy, mañana y siempre.
Para que siempre sea una niña, una joven y una mujer honrada, bella y elegante.
Por ahora, solo me resta
felicitarte y repetirte sin descanso lo mucho que te quiero.
Tu padre
D.C.
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