Por : Domingo Caba Ramos
Primavera es la cara opuesta al otoño. El otoño es declinación, agotamiento, lo viejo, la ruta hacia el final. La primavera es flor que retoña, vida que comienza, juventud, ruta inexplorada, potencia vital.Abril, por nacer casi a la par con la primavera, parece arrastrar muchos de los rasgos distintivos de esta venerada estación. “Cumplió quince abriles”, suele afirmarse para referirse a la lozana y hermosa quinceañera nacida en un mes cualquiera del año.
Hablar de abril es recordar, necesariamente, entre cosas, la siguiente galería poética del gran bardo español, Antonio Machado:
«La lluvia iba pasando,
sobre el campo juvenil,
yo vi en las hojas temblando,
las frescas lluvias de abril»
Y también esta otra:
“Son de abril las aguas mil,
sopla el viento achubascado,
y entre nublado y nublado,
hay trozos de cielo añil»
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