jueves, 30 de noviembre de 2023

BREVES REFLEXIONES LINGUÍSTICAS


Por DOMINGO CABA RAMOS

 

«Todo está en la palabra…»

(Pablo Neruda)

 

1.      De la palabra a los emoticones


Con la red de Internet, y muy particularmente vía wasap, se han masificado o popularizado hasta alcanzar niveles sorprendentes. Me refiero a esos símbolos utilizados en mensajes de textos para representar estados de ánimo o emociones, mejor conocidos con los nombres de emoticón, emojis y emoticonos.

 En relación con esta forma de expresión, vale subrayar que los emoticones por sí solos nunca deben sustituir o desempeñar el rol de la palabra. Lo ideal sería que el símbolo apareciera junto a esta cuando con él se persigue añadir contenido emocional a la información que la palabra comunica. Pero además, por más emoción que transmita un gráfico, nunca será comparable al sentimiento que entraña la expresión lingüística. Tampoco se debe olvidar que el signo natural y constante de comunicación que emplean los humanos para comunicarse no es el dibujo, sino la palabra.


2.      «Llámame o tírame por whatsapp»

Los dos jóvenes se encuentran en un supermercado. Después de sostener una amena conversación, uno le dice al otro, en el momento de despedirse:

– «Llámame o tírame por whatsapp»


Créanme que el uso de la construcción verbal “tírame”, con el mismo sentido de “escríbeme” atrapó mi atención y mi curiosidad lingüística. Y es que entre los verbos “tirar” y “escribir” existe tal distancia semántica (significativa) que difícil resulta admitir o entender que en lugar de  «Llámame o tírame por whatsapp», el joven de nuestra historia  no se dijera: «Llámame o escríbeme  por whatsapp»

Esta y otras creaciones léxicas se deben no solo a la natural evolución de la lengua, sino también al imperio de las modernas tecnologías que, vía las redes sociales, poco a poco van imponiendo unas formas expresivas que de manera inconsciente, y por efecto de la masificación lingüística, se implantan en el léxico activo del sociolecto de la juventud, razón por la cual es archirecurrente su presencia en la diaria conversación.

3.     

 «Ello hay…»


Se trata de uno de los numerosos dominicanismos sintácticos característicos del español dominicano. Así debe considerarse, por cuanto no se conocen estudios lingüísticos que demuestren que semejante construcción se registra en otras variantes dialectales del mundo hispanohablante. Se realiza cuando a la forma impersonal “hay “se le antepone la voz neutra “ello”, tanto al afirmar como al preguntar:


_“¿Ello hay clases mañana?

_“Sí, ello hay…”


Semejante “fósil lingüístico”, como se puede apreciar, nada aporta, nada amplía, nada aclara y nada agrega al sentido de lo expresado. Y su uso solo contribuye a violar el principio de economía lingüística o ley del menor esfuerzo. Se trata de una de las tantas “expresiones chatarra” empleadas por los hablantes dominicanos en el uso cotidiano de la lengua.


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