viernes, 10 de marzo de 2017

¿PRESIDENTE O PRESIDENTA?

 Por : Domingo Caba Ramos

 La Real Academia Española, en la decimonovena edición (1970) de su Diccionario de la Lengua Española, no registra el término “presidenta”. Sólo aparece presidente, asignándole, entre otros significados, « Que preside» y « El que preside» Tampoco lo registra el académico y laureado lexicógrafo español, don Manuel Seco, en su muy valioso y consultado “Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española” (1986), en el cual sólo se hace alusión al susodicho vocablo, “presidenta”, para definirlo como el femenino del nombre presidente.

La intensificación de la presión ejercida por grupos feministas a partir de 1989, en pos del uso de una lengua no sexista , fue determinante para que la docta corporación lingüística decidiera incluir la voz “presidenta” en la vigésima segunda edición (2001) del ya citado Diccionario, ofreciendo, acerca de ella, las siguientes acepciones :

 presidenta. 

1. f. Mujer que preside. 
 2. f. presidente (‖ cabeza de un gobierno, consejo, tribunal, junta, sociedad, etc.)
 3. f. presidente (‖ jefa del Estado)
 4. f. coloq. Mujer del presidente. 

También figura “presidenta como entrada en el « Diccionario Panhispánico de dudas», publicado en el 2005 por la Real Academia Española y la Asociación de Academias Españolas. Según este lexicón, presidenta lo mismo que presidente, es la « ‘Persona que preside algo’ y, en una república, jefe del Estado’. Por su terminación, puede funcionar como común en cuanto al género (el/la presidente); pero el uso mayoritario ha consolidado el femenino específico presidenta.» (pág. 520)

 Resulta a todas luces extraño el tratamiento genérico que se le ha dado al sustantivo presidente, participio activo del verbo presidir, toda vez que otros participios iguales, tales como estudiante, comandante, oyente, dirigente, cantante, paciente, residente, ayudante, entre otros, no han recibido el mismo tratamiento gramatical, vale decir, no se dice estudianta, comandanta, oyenta,dirigenta,cantanta, pacienta, residenta y ayudanta.?

 Tal práctica carecería de pertinencia linguística, por cuanto al emplear los llamados dobletes genéricos ( presidenta/presidenta – la/las – todos/todas- miembros/miembras ) se incurre en una anomalía sintáctica que viola, desconoce o contradice el principio de economía lingüística.

Pero, a pesar de tal violación o incongruencia morfosintáctica, no se descarta que el uso de las precitadas voces ( estudianta, comandanta, oyenta, tc. ) comience a ser demandado por los grupos feministas y demás defensores, fanáticos y propulsores de la llamada lengua con perspectivas de género.

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