Por : Domingo Caba Ramos
Vista general de mis compañeros de promoción en la Normal "Núñez Molina"
En un verano y caluroso junio, como el que actualmente trascurre, nos graduamos de Maestro Normal Primario en la Escuela Normal “Luis Núñez Molina”, de Licey al Medio. Aquí permanecimos dos años internos sometidos a la rigurosidad de una férrea disciplina, así como a la intensidad y alta complejidad de los estudios normalistas.
Allí se nos formó para el oficio magisterial, tanto que a pesar de mis estudios pedagógicos de licenciatura y maestría en la UASD, siento, sin desconocer la sólida formación docente recibida en estos dos niveles universitarios, que donde verdaderamente se me enseñó a ser maestro fue en la Escuela Normal.
Al residir en el mismo recinto durante veinticuatro meses, con mis compañeros de estudio se establecieron relaciones de verdaderos hermanos, vínculos que siempre pensamos se extenderían más allá del tiempo y el ambiente educativo.
Pero ¡oh ironía de la vida! Después de graduados, a la mayoría de estos compañeros jamás los he vuelto ver y ninguna noticia de ellos he obtenido. Lo más que he sabido es que algunos no permanecieron por mucho tiempo ejerciendo la docencia, estudiaron otras carreras, se dedicaron a otros quehaceres o abandonaron el país.
A todos ellos, dondequiera que se encuentren, vayan mis saludos, recuerdos entrañables, afectos de siempre y abrazos fraternos hoy, en el “Día del Maestro”
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