viernes, 27 de febrero de 2015

DUARTE A TRAVÉS DE SUS VERSOS

Por: Domingo Caba Ramos
 

« Duarte no fue ajeno al quehacer poético. La Providencia le concedió el don profético de la inspiración…»  Julio Jaime Julia.

 En el sentido técnico y artístico del término, Duarte no fue poeta. La poesía no constituyó para él una actividad constante y permanente. No fue un quehacer habitual en su vida. Escribió impulsado por las circunstancias o los imperativos del momento, y muy particularmente, como una forma de desahogo sentimental, vale decir, como un instrumento de expresión de sus sentimientos patrióticos. De manera muy especial, la expresión de las penas, el dolor, la angustia y las emociones que el destierro o exilio en su alma desencadenaban.

 Sus poesías, al decir de Joaquín Balaguer, fueron “escritas sin pretensiones literarias, no estaban destinadas a la publicidad y en su mayor parte desaparecieron en el destierro con el resto de sus papeles íntimos…” A través de las mismas se puede determinar la dimensión de sus sentimientos patrióticos y conocer aspectos importantes de su personalidad. La casi totalidad de sus versos constituyen el más fiel retrato de la figura del patricio.

 En LA CARTERA DEL PROSCRITO expresa el pesar que se siente en la vida azarosa del exilio:

 “Cuan triste, largo y cansado,
cuan angustioso camino,
señala el Ente divino,
 al infeliz desterrado.

Llegar a tierra extranjera,
sin idea alguna ilusoria,
sin porvenir y sin gloria,
sin penates ni bandera…”

 En TRISTEZA DE LA NOCHE la soledad, las nostalgias, el dolor y la melancolía pueblan la mente atormentada del padre de la Patria:

"Triste es la noche, muy triste,
para el mísero mendigo,
que sin pan, tal vez, ni abrigo,
 maldice la soledad.

 Triste es la noche, muy triste,
para el bueno y leal patricio,
a quien aguarda el suplicio,
 que le alzó la iniquidad…”

 El 22 de agosto de 1844 el presidente de la República, dictador Pedro Santana, firma la sentencia mediante la cual se destierra a perpetuidad a Duarte junto a otros patriotas, acusados de “traidores de la Patria” El 10 de agoto los desterrados abandonan el país e inician la tortuosa ruta del destierro rumbo al puerto de Hamburgo, Alemania. La larga travesía es aprovechada por nuestro libertador para en la que se considera su mejor composición poética, ROMANCE, describir o dejar gravado en románticos y épicos versos el dolor que siente quien se ve obligado a abandonar su lar nativo e iniciar el recorrido que conduce al mundo pesaroso del exilio:

“Era la noche sombría, 
y de silencio y de calma, 
era una noche de oprobio,
 para la gente de Ozama, 
noche de mengua y quebranto,
 para la patria adorada,
 y el recordarla tan sólo, 
el corazón apesara.
 Ocho los míseros eran, 
que mano aviesa lanzaba,
 en pos de sus compañeros, 
hacia la extrajera playa. 

 La humildad característica del patricio no le permite referirse en primera persona a una gesta en la que él es su principal actor. Por eso siempre habla en tercera persona del plural:

“Ellos que al nombre de Dios,
 patria y libertad se alzaran, 
ellos que al pueblo le dieron, 
la independencia anhelada, 
lanzados fueron del suelo, 
por cuya dicha lucharan,
 proscritos sí, por traidores,
 los que de lealtad sobraban. 

Sólo para presentarse como un simple testigo o relator de las quejas y lamentos percibidos emplea Duarte esa primera persona que tanto les gusta a los políticos del momento:

 “Se les miró descender, 
a la ribera callada, s
e les oyó despedirse, 
y de su voz apagada, 
yo recogí los acentos, 
que por el aire vagaban”

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